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Allison se quedó de pie en el porche, mirando como el coche se iba. Había una noticia de última hora sobre un almacén al norte, y todos habían salido apresurados. Rick la había dejado a cargo de la bebé, y la rubia la miró de lado y suspiró.

—Bueno, ¿qué quieres hacer? —preguntó , cerrando la puerta y mirando a la niña en la cuna. ESta la miró e inclinó la cabeza—. AH, ya, no sabes hablar.

Allison se rió con pena de su propia tontería y se apartó el pelo de la cara, y cogió a la niña en brazos.

—¿Un cuento? —la niña pequeña negó, y agarró con cuidado uno de los mechones de pelo de Allison, que sonrió—. Hm... ¿Damos un pase... nada, tu padre no me deja sacarte... ehmm... Joder.

—J-jod-der.

Allison la miró espantada.

—¡Nononono! No lo digas más.

—Joder.

—¡Judith!

La niña se empezó a reír, y Allison se golpeó la cara con la palma de la mano.

—Vale, vale. Cambio de planes. Di papá.

—Joder.

—Papá.

—¿Joder?

—¡Papá!

—Pa... pa... ¡joder!

Allison gruñó con fuerza y se tiró contra el sofá, aún con la pequeña en brazos. La niña puso las manos, apenada al rededor de la cara de Allison, y se acercó para darle un beso en la nariz.

Allison sonrió y suspiró, soplando y haciendo reír a la niña.

—Te ríes como tu hermano —susurró, y se levantó finalmente—. Vamos a jugar a algo, anda.

Dejó a la niña en suelo, y esta gateo hasta el sofá, metiendo la mano debajo y sacando una pelota verde de tenis. Allison se agachó, y la niña se la dio.

—No podemos jugar con esto... Es de tu hermano, y lo necesita —la niña volvió a cogerla, y Allison se la quitó—. Cariño no. No es un juguete.

Judith asintió, gateando hasta un peluche con forma de oso, y lo achuchó.

—Aw.

Judith agarró la patita del oso, y levanto los brazos hacia Allison, que la cargó.

Por la puerta entraron Ander y Ron, en silencio, y separados por un metro de distancia.

—¿Que narices?

—¡Nada! —gritó Ron, nervioso— ¡No hemos hecho nada!

—Pero yo no... —Allison los miró unos segundos y luego se tapó la boca con las manos—. No podrás sentarte en un mes, pillín.

—¡No hemos... Pervertida.

—Ya, claaaaaro, yo sobre todo.

Se dió la vuelta, rodando los ojos ante el rostro colorado de Ron, y Ander la miró cruzando los brazos.

—¿No deberías estar con tu novio? Quien sabe donde estará ahora...

—Ander para.

—¿De qué? —murmuró a su espalda, con falsa inocencia y una sonrisa cruel en el rostro. Ron le dió un codazo pequeño en las costillas.

Allison se limitó a jugar con una de las manitas de la niña, que reía y le agarraba los dedos.

—Yo solo digo que no es que solito sirva para mucho.

Bite Me #PTWD2016 [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora