LUNES
La nueva criatura dice que su nombre es Eva. Está bien, no tengo objeciones. Dice que es para que la llame cuando quiero que venga. Entonces le dije que eso era superfluo. La palabra evidentemente me granjeó su respeto. Y por cierto es una palabra buena, grandiosa y digna de ser repetida. Dice que no es un El, que es un Ella. Esto es dudoso, probablemente. Sin embargo, para mí es lo mismo. Que sea ella no me importa, mientras se las arregle sola y no hable.