AL DIA SIGUIENTE
He estado comparando el nuevo con el viejo y queda perfectamente claro que son de la misma especie. Yo estaba por disecar uno de ellos para mi colección, pero ella tiene prejuicios contra eso, por una razón u otra; entonces dejé la idea de lado, a pesar de que pienso que es un error. Sería una pérdida irrepa-rable para la ciencia si se fueran. El más grande está más tranquilo de lo que estaba y puede reírse y hablar como un loro, sin duda lo aprendió de estar tanto con el loro y por poseer la cualidad imitativa en alto grado. Me sorprendería si resultara ser una nueva especie de loro; aunque no debería sorprenderme, ya que siempre resulté ser algo diferente de lo que hubiera podido pensarse, desde aquellos primeros días en que era un pez. El nuevo es tan horrible ahora como el más grande era al principio; tiene el mismo aspecto magro y amarillento y la misma cabeza peculiar sin ningún pelaje. Ella lo llama Abel.