Déjame

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Déjame, suéltame.
No soy tu animal cautivo,
No tengo por qué estar siempre postrada.

Tus estúpidas decisiones siempre me influyen.
Siempre escapando de los males,
En vez de enfrentarlos.

No, no me mires,
No me llores.
Después de todo lo que has hecho,
A llorar no tienes derecho.

¿A caso has hecho algo alguna vez?
¿Algo que no sea esconderte?
¿Algo que no sea llorar?

Siempre tratando dar lástima,
Y lo peor es que lo consigues.

¿Quién te crees que eres?
La de veces que me has echado para atrás,
Por tus prejuicios erróneos.

Y ahora, aquí te tengo.
Todo este tiempo pensando que matar el sufrimiento,
De alguna manera me haría fuerte.

Pero no, me equivoqué.
Tengo que matarte a ti.
Sí, a ti.
Noche de mi mañana, debilidad de mi fortaleza.

Y bam, ahora muerta estás.
Espero que ahí encuentres la paz,
Con todas las personas a las que decepcionamos.

Ahora soy libre.
Podré cabalgar sin miedo a caer,
Podré tomar una rosa sin pavor hacia sus espinas.

Y lo siento, mi mitad;
Mi gemela.
Pero en este mundo no hay sitio para ti.

No hay sitio para gente débil.
Pues soldado frágil en guerra perece.

Ahora mi corazón no está en dos,
Sino en uno rígido.

Gracias a esto conseguiré volar.
Conseguiré ser lo que soy.

Lo siento si te decepcioné,
Pero no me detendrás más

Cartas de socorroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora