Hombre grande me dejo una bolsa con comida."Come." Me dijo mientra se sentó encima de la cama. Yo me senté en el suelo. Tenia hambre. Pero la comida no me bajaba. Me dolía el cuello. Las costillas. Me seguían sangrando partes del cuerpo.
-Limpia te eso.-Me dijo tirando me el vestido blanco. Y eso hice. Lo había estrenado sangrando y siempre le había dado esa función. Limpiarme la sangre que el había provocado.Termine de comer con mucho esfuerzo y dolor. Y ya no recordé nada más.
Desperté en un hospital, mareada. Miraba hacia el techo. No notaba mi cuerpo, solo las lagrimas que bajaban por mis mejillas. Veía todo borroso. Un hombre me miraba, me tocaba y me hablaba. Pero yo no veía ni oía. Sólo notaba las lagrimas. Y así pase días. Abriendo los ojos solo para llorar.
-Hoy me he despertado con el alma hecha pedazos. No quiero despedirme de ti.-Empece a oír una voz. Lejana.-No tengo miedo en confesarte que tengo miedo de enfrentarme a la vida sin ti...
Pero volví a dormir. Mis ojos no aguantaban. Sólo sabían llorar. No veían nada. Mi cuerpo ya no respondía. Cada día, cuando abría los ojos oía esa voz.
-Cada noche le reclamo a dios. De por qué insiste en arrancarme de tus brazos. No aguanto tanto dolor.
Y así pasaron los días. Sólo oía esa voz. Lloraba. Y dormía. ¿Me estaba muriendo? ¿Así iba a acabar mi vida?
La última vez que me levante de ese modo. Fue diferente. Abri los ojos. Le veía perfectamente. Era el, Noah. Pero mi cuerpo ya no era el mismo. Mis ojos no lloraban. Había más personas a su alrededor. Que estaba pasando. ¿ Qué está pasando? Solo miraba a Noah. Y el lloraba. Me estaban llevando lejos de el. Pero nuestros ojos quedaban conectados. Estaba en un hospital y algo iba mal, eso lo sabia. Pero no me dolía nada, solo el corazón.
-Entiendo que tengas que irte.¡ Pero a donde vayas Esperame!Eso fue lo último que oí. Lo último que vi. Una promesa de Noah.