Untitled Part 4

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Parte cuarta:

Como os habréis imaginado cada día descubrá más cosas que no teníamos en el pueblo, poco a poco esas novedades se hicieron normales. Ya era normal tener una televisión. Normal ver tanta gente. Normal ver que nadie hablaba con nadie, ni nadie conocía a nadie. Normal que mi marido me hiciera daño cada noche. Mi ánimo iba bajando. Solo quería volver al pueblo, poder jugar con las chicas. Solo deseaba eso. No quería comer comida de ciudad, dormir en una cama cómoda. Nada. Solo quería volver a ser la que era.

El día esperado por hombre grande llegó. Por primera vezvi un avión de verdad.No solo en la televisión. Entre nervios me subí. Fueron las horas más largas de m vida. Solo quería estar con mi madre. Hombre grande me calmaba.

-Cállate. Es solo un avión.-Me decía mientras me daba golpes con el codo.

Sabía que tenía que hacerle caso. Me llevó meses aprender a no llevarle la contraria. Pues si no el dolor no solo sería al dormir. Mi cuerpo ya tenía varios moratones. Desde que estaba en la gran ciudad con hombre grande que mi cuerpo queda marcado cada día. "Apenas se nota, piel morena" Me decía él. Y podía ser verdad. No sabía ya la realidad de la ficcion.

Llegamos a Europa. Otro mundo. No sabía donde mirar, tanta novedad. Y tanto miedo a la vez. Ya nadie hablaba en mi diioma, era todo caos. Muchos edificios, todo el mundo coreindo de un lado a otro. Me mareé.

-Camina, piel morena-Hombre grande llevaba la maleta e iba caminando delante mía.

Ese día llegamos a un hotel. No sabía que era, hasta ese día. O más bien días más tarde. No entendía que había un sitio en que podías pagar para que te hagan todo, y tu solo estar en una habitación. Me parecía perfecto. Llevaba meses limpiando y esperando a que mi marido llegara de donde estuviera. Esos días hombre grande se dedicaba a enseñarme cosas de europa. Tiendas, sitios donde la gente iba a comer...Era el paraíso. Era la primera vez que veía todo ese orden, en medio de una gente desordenada. "Has pasado de una tienda de barro a europa, piel morena" Me repetía a mi misma. Ahí me di cuenta de que había perdido mi nombre. Y llegó el dá, mi nueva casa. La definitica, me dijo hombre grande.

-Piel morena, desde hoy su tu primo. Llámame por el nombre delante de la gente.-Me quedé mirando a hombre grande. No entendía nada.

-No se como te llamas.-Hombre grande empezó a reír. Y yo con él, una risa forzada. Lo había aprendido tambien a base de dolor.

-Se me olvida que no sabes nada.Es lo que tiene ser de pueblo, sois tontos.- Le dije que si, que era tonta. Y lo era por ese entonces.-Abdel.

Era la prmera vez que sabía su nombre. Y ya puestos por primera vez en meses empecé a analizar a ese hombre. Si iba a vivir en europa tenía que empezar a pensar como él. A ser lista y dejar de ser tonta. Esa noche empecé a hacerle preguntas. Y el contestaba, algunas en medio de risas y otras desganadamente, y muchas otras me decía que no lo volviese a preguntar.

Lo que saqué en conclusión esa noche era que estaba casada con un hombre de 30 años, llamado abdelrahman, que estabamos viviendo en bélgica. El era experto en el islam, y estaba dispuesto a enseñarmelo. Y la peor noticia, mis padres ya no eran mis padres. "una vez casada, eres de tu marido, piel morena" me dijo antes de volver a hacerme daño. Un daño que era menor que el daño que sentía por dentro. Estaba sola, solo tenía a hombre grande. Abdel.


Me llamo piel morenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora