"Enemigos del heredero temed"

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Menos de dos meses habían pasado desde que acabé mi primer año en Hogwarts, el colegio de magia y hechicería. Echaba bastante de menos estar allí, sin tener preocupaciones excepto la de aprobar las asignaturas. En cambio, ahora en verano mis problemas eran mayores.
Tenía una ligera esperanza de que mi padre hubiera rectificado, que quizás sólo quizás, se hubiera enmendado y fuera aquel padre que cualquier niño soñara tener, pero era obvio que me equivocaba. Él ni mucho menos había mejorado, todo lo contrario, al llegar aquel primer día a casa después de casi un año sin vernos, me encontré con miles de botellas vacías en el suelo, y no precisamente de agua... Esperaba un abrazo o al menos simplemente que me preguntara que tal mi año pero por lo único que mostró interés era por saber si había sido seleccionado en Slytherin, claro, para mantener el honor de mi familia. Al afirmarlo, mostró una leve sonrisa y comentó que debíamos celebrarlo. Por ello, cogió dos botellas más, las abrió y me extendió una, para después brindar y él comenzar a beber. Yo me quedé mirando la botella, pensando en si hacerlo o no. No es que fuera la primera vez que bebía alcohol, a pesar de mis trece años, ya lo había probado antes. Y no es de extrañar teniendo en cuenta que vivo rodeado de él y su olor. Era más bien el hecho de hacerlo delante de mi padre, de beber junto a él. Después de pensarlo, acerqué la botella a mis labios y lentamente noté como aquel líquido bajaba por mi garganta. Me dio repulsión, no por el sabor, pues me gustaba, sino por el saber que eso era lo que consumía mi padre. Un veneno por el que por su culpa ya no tengo madre. Dejé la botella en la mesa casi llena y me fui de aquella habitación intentado olvidar los recuerdos que me provocaba aquella bebida.
El resto del verano fue igual que siempre, cuidar de que hubiera botellas suficientes y más para el próximo año. A veces me pregunto que habríamos hecho sin la cantidad de dinero que tenía mi madre, sin su herencia. Ahora debía marcharme a mi colegio, llevaba esperando esto meses. Me despedí de mi padre, un abrazo, eso fue todo pero al menos fue algo. Después de eso me monté el tren que me llevaría a mi destino, a mi segundo año. ¿Cómo sería? ¿Qué me depararía?

Al comienzo todo era igual que siempre, ir a clases, disfrutar de como Snape descontaba puntos a los Gryffindor. Soportar a Malfoy, reírme con Blaise, y cosas por el estilo que solía hacer desde el año anterior. Sin embargo un día todo dio un giro, es cierto que Lockhart, el nuevo profesor de Defensa Contra Las Artes Oscuras, ya era raro de por si, pero lo que ocurrió fue incluso más. Todo parecía una broma planeada por alguien pues apareció un misterioso mensaje en las paredes, escrito con sangre.

LA CÁMARA DE LOS SECRETOS HA SIDO ABIERTA, ENEMIGOS DEL HEREDERO TEMED.

El problema fue que la gata de aquel criado, o bueno como ellos lo llamaban "conserje" había aparecido petrificada junto aquello. Los días posteriores al suceso todo el colegio hablaba de eso, había dudas como quién era aquel heredero y sobre todo qué era aquella cámara. Muchos acudieron a la biblioteca para buscar información, los Slytherins no. Todos sabíamos a que se refería, o al menos la mayoría. La cámara de los secretos fue creada por Salazar Slytherin, nuestro fundador para deshacerse de aquellos no dignos de estar en esta escuela, por así decirlo, los hijos de Muggles. Y por ello, había un monstruo encerrado en aquel lugar, listo para ser liberado. El misterio era quién lo había hecho, y dónde se encontraba aquella cámara pues como bien nos había dicho McGonagall nunca se había hallado. Blaise y yo teníamos nuestras propias conclusiones sobre quién podría ser el heredero. Nuestro candidato principal era Draco Malfoy, sin duda su forma de dirigirse a los sangre sucia siempre ha sido la peor de todos los de nuestra casa por no hablar de lo orgulloso que está de que por fin se esté eliminando a la "escoria" del colegio. Es cierto que yo opinaba igual pero tampoco creo necesario alegrarse por lo que está ocurriendo y mucho menos que afecté a gente inocente, olvidando el que sean sangre sucias.
Ya era el ansiado partido de Slytherin contra Gryffindor, este año ganaríamos. Bueno, Malfoy era el nuevo buscador, y no dudábamos de su habilidad porque desde que era pequeño siempre ha jugado al Quidditch y su afán por demostrar que era mejor que Harry Potter también ayudaba. Pesé a que comenzó bastante bien, el final no fue precisamente el esperado. Sí, Gryffindor ganó pero Malfoy acabó herido y Harry también. Por lo que básicamente Blaise, Crabbe, Goyle y yo junto Daphne y otras Slytherins nos encontrábamos en la enfermería mirando como Draco se quejaba de su inmenso dolor. Me fijé un instante en la otra cama, donde estaba Harry Potter y un gran grupo de gente, lo que más me llamó la intención fue el repentino comentario de Pansy.
- No puedo creerlo, ¿Tracey está allí?¿Con los Gryffindor?
Ella bufó, al igual que algunos más de los que estábamos aquí. Yo en cambio miré y vi como era cierto, Tracey estaba allí. Nunca había hablado con ella por no mencionar que era muy rara pues para empezar cómo es que es capaz de preocuparse por Harry más que por Draco. Me había olvidado de aquel tema hasta que al día siguiente en la sala común, mientras estábamos allí todos, excepto Malfoy que llegaría de la enfermería dentro de poco. Daphne se lo decidió echar en cara a Tracey.
- No le ha sentado muy bien a Draco que hayas ido a ver a Potter. -pronunció aquel último nombre con desprecio.
- Él es mi amigo también. Y más simpático, si me permites decirlo. -contestó Tracey seria pero sin ser descortés.
Daphne rió ante ese comentario y se marchó de allí mientras susurraba algo de sangre sucia. Minutos más tarde llegó Malfoy, que miró a Tracey con desprecio. Yo, al ver la situación me acerqué a ella y le dirigí la palabra por primera vez en mi vida.
- No le eches cuenta, ya sabes como se pone con todo lo relacionado con Potter.
- Gracias. -me dijo educadamente.
Al instante de haberle dicho eso, caí en mi error. Ella no es sangre limpia, no debo tratarla como si lo fuera. Malfoy entonces me sacó de mis pensamientos.
- Ha habido un ataque.
La sala común se centró en él, preguntando quién era aquel atacado.
- El de la camarita de Potter. Aquel ridículo niño, gracias a Merlín. No soportaría verlo más por los pasillos.
Muchos rieron ante su comentario, yo simplemente sonreí. Tracey, estaba sería y se notaba que aquel asunto no le hacía gracia, en absoluto.
Los días pasaron, cada día Malfoy estaba más pesado al respecto y más aún cuando resultó que Harry Potter podía hablar pársel, el idioma de las serpientes. Ahora todo el mundo creía que era el heredero, Malfoy negaba que él lo fuera pero aún más negaba que lo fuera Potter. Blaise y yo, creíamos que había altas posibilidades de que lo fuera a pesar de ser Gryffindor y no un Slytherin, pero bastantes cosas no cuadraban. Días más tarde otro sangre sucia fue atacado, esta vez un Hufflepuff, aumentando las sospechas de que Harry fuera el heredero y con ello las quejas de Malfoy. Por ello estábamos todos sentados en nuestra sala común bromeando del asunto.
- Morirá algún sangre sucia rápido. -afirmaba Goyle.
- Sí, todo apunta a ello. Como hace cincuenta años.
Yo reí, junto a otros.
- ¿Quién apostáis que será? -pregunté divertido.
- Espero que Granger. -dijo Malfoy riendo.

Meses más tarde cuando parecía que la cosa estaba bastante tranquila, estábamos en la sala común cuando nos llegó un nuevo comunicado. No debíamos salir a no ser que estuviéramos acompañados de un profesor. Por ello había rumores de que hubiera una nueva víctima aunque no sabían con certeza quien podía ser. En ese momento llegó una prefecta a la sala común.
- ¿A quién han atacado? -preguntó Pansy.
Tracey quien parecía sumida en sus pensamientos centro su atención en la conversación. Me fijé en ella, la notaba sumamente afectada teniendo en cuenta que como Slytherin que era debería alegrarla... bueno no, no es sangre limpia.
- A una Ravenclaw. -dijo la prefecta- Y a Hermione Granger.
- ¿Granger?¿Hermione Granger?¿De Gryffindor? -preguntó Tracey alterada.
- Sí, la asquerosa sangre sucia esa. -respondió riéndose Malfoy.
A lo que los demás, excepto Tracey y yo, rieron. Ella me miró a mi buscando algo, ¿compasión, tal vez? Al ver que mis amigos, sangre limpia, me miraban como reprochándome el no haber respondido, pensé en mi sangre limpia, en el orgullo de sangre y en las decisiones que te conlleva a tomar, así que con una sonrisa cínica y aire de superioridad, miré a Tracey y le dije:
- Parece que te importa esa asquerosa sangre sucia.
Pude ver tristeza en sus ojos, quizás decepción. Y se giró, marchándose de allí, hacia su dormitorio. Mientras los demás se reían por mi comentario y yo quedaba como un héroe ante ellos pero como un completo imbécil ante Tracey, tuve la sensación de ir tras ella pero me detuve. ¿Por qué hacer eso por una sangre sucia?

En definitiva este año había sido particularmente extraño, por supuesto que Harry Potter no era el heredero de Slytherin y por supuesto que él había resuelto el misterio de la Cámara de los Secretos y con ello, los petrificados habían vuelto a su estado original. En la mitad del banquete, la tal Hermione Granger apareció y se acercó a Harry y al pelirrojo amigo suyo. Me giré y vi a Tracey sonriéndoles, a decir verdad, no había vuelto a hablar con ella desde aquel incidente. Sé que fui un idiota pero la sangre es lo que importa. No estaba en mis planes pedirle perdón, ni ahora ni nunca. Por otro lado Malfoy estaba enfadado, puesto que otra vez Harry había quedado como un héroe. Me estaba dando cuenta que el único amigo que tenía era Blaise.

Ahora tocaba volver a casa, después de otro largo año en Hogwarts. ¿Volverá a ser el año que viene así o será un curso tranquilo? Y junto a Blaise nos montamos en el tren para volver a nuestras casas, o quizás, a nuestra segunda casa.

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