Abrí mis ojos lentamente intentando saber dónde me encontraba. La habitación estaba oscura y la poca luz que había provenía de una pequeña ventana. La misma que estaba repleta de agua por la lluvia que estaba cayendo. Nunca había estado en esta habitación y apenas recordaba como había llegado aquí. Intenté recordar pero mi cabeza comenzaba a dolerme sólo con el simple hecho de pensar demasiado. No sabía qué era aquel lugar. No era mi habitación. Ni la de mi padre. Ni siquiera mi casa. Me levanté pero el cuerpo me dolía también al moverme. Tuve que hacer un pequeño esfuerzo para levantarme de la cama y aún mayor para ponerme de pie, agarrándome a la mesita de noche y a la cama para no volver a caer en ella. No sabía porque me encontraba así. ¿Por qué no conseguía recordar nada y me dolía todo el cuerpo? Procedí a acercarme a la puerta para hallar respuestas a todas mis preguntas. Algún indicio que me mostrará dónde estaba. Agarré el pomo y tiré hacia mí pero aquella puerta no se abría. Debía estar cerrada pero al ser menor de edad no me era posible hacer magia. Así que siguiendo algunos trucos que había aprendido antes, lo conseguí. La puerta se abrió y avancé conduciéndome a un pasillo oscuro en el que al final se podían percibir unas escaleras. Aquel lugar me recordaba a aquellas películas Muggles de terror de las que alguna vez me había hablado Tracey. Un sentimiento extraño recorrió mi cuerpo en el momento en el que pensé en ella. Me olvidé de aquello y seguí andando por esa desconocida casa, intentando no hacer ruido. Estaba llegando al final del pasillo, me procedía a bajar las escaleras cuando la puerta de la habitación donde yo estaba dio un portazo haciéndome girar mientras una ráfaga de viento procedente de allí me generaba escalofríos. Intenté ignorarlo y bajé, bajé para por fin descubrir donde me encontraba. Intenté por otro lado que los crujidos de la madera no se notaran tanto. Por fin llegué a la planta baja. Era simplemente una habitación en la que también estaba la puerta de la casa. No era grande pero era posible habitar en ella. Había un pequeño sillón un tanto desgastado que probablemente llevaba allí mucho tiempo. Una pequeña mesa junta a ella y a la izquierda en una esquina un lugar donde poder cocinar. Tenía la impresión de que estaba deshabitada, el aspecto de la casa era antiguo. Parecía abandonada pero, ¿cómo es que acabé aquí? Era imposible haber ido sólo y no acordarme. Alguien debería haberme traído. Me dejé caer en el sofá y seguí haciendo esfuerzos para recordar algo pero nada más que dolor venía a mi cabeza. Empecé a quedarme dormido en aquella posición pero justo antes de que mis ojos se cerrarán, observé la mesa. Aquella pequeña mesa antigua de madera. Había un sobre en ella. Lo cogí preguntándome qué sería. Lo abrí cuidadosamente. Era una carta.
Querido hijo:
Sé que debes estar haciéndote muchas preguntas ahora. Acerca de cómo llegaste a esta casa o dónde estoy ahora. No sé si puedo aclarártelo todo. Probablemente debes desconfiar de mi, sabiendo que nunca he sido un gran padre y que quizás ni me consideres así. Pero te debo explicaciones.
La casa nuestra ya no es un lugar seguro, por eso llegaste aquí. La fotografía aquella no era una simple fotografía. La hechicé para que te llevará a este lugar y pudieras estar seguro. Es donde me he estado escondiendo últimamente. No puedo decirte porqué pero es una de las grandes razones por las que he estado desaparecido este tiempo. Siento no haberte dicho nada pero creo que dadas las circunstancias es mejor que siga así.
Por último, debes saber ya que Voldemort tendrá la intención de hacer nuevos mortífagos por ello te pido que actúes sensatamente.
Saludos,
Tu padre.
Leí la carta un par de veces antes de deshacerme de ella, pues si de verdad alguien estaba detrás de mi padre, debía destruir los indicios de que había estado aquí. Recordé la imagen que había descrito, la de la familia. Él había hechizado esa porque sabía que la guardaría, quizás él me conocía más de lo que yo creía. Recordé cuando empezó a dar forma a una casa, antigua y desgastada. En la cual me encontraba yo ahora. Recordé como me comencé a aparecer en la habitación. Por eso estaba mareado y todo me dolía pues era la primera vez que me aparecía. No sabía quién perseguía a mi padre. Pero no me iba a quedar de brazos cruzados, por ahora actuaré con precaución. Pero debo encontrarlo, verlo otra vez. Porque al fin y al cabo, aunque siempre me ha dolido reconocerlo...Él es mi padre.
No sabía a qué se refería con actuar "sensatamente", ¿debía unirme a Voldemort? Mi padre era un mortífago y lo que esperarían de mí sería seguir el mismo camino de mi padre. Pero no creo que aquella decisión que hizo mi padre fuera verdaderamente sensata. Lo mejor por ahora será mantenerme en el anonimato. Ver cómo se desarrollan los acontecimientos. Y prepararme este verano para el curso que me espera en Hogwarts. Mi sexto curso.
