Capítulo 5

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Los minutos parecí­an pasar tan lentos dentro de aquella habitación, los gritos se escuchaban hasta la sala donde se encontraban 3 personas desesperadas, llegaron a pensar que el mayor terminarí­a por matar a Ji yong.

-¿Porqué no lo dijiste?, no hubiese aceptado esta claro.-Se miraba al espejo, nada había cambiado en su cuerpo, pero el ya juraba ver una barriga enorme.

-Te quiero a mi lado, por eso no dije nada. -Se acercó a su mayor para abrazarse a su cuerpo

- No me toques, no te quiero ver.-Negó un par de veces sin dejar de mirarse al espejo.

-Por favor seung, no seas así ­.-Se abrazo a su cuerpo aún más.

-Ji yong, te odio -Susurro mordiendo su labio inferior.-¡JODER! -Gritó

-Yo te amo, Te amo infinitamente. -Miraba a su mayor por el espejo del tocador.

-También te amo y lo sabes. -El corazón de Ji yong por fin encontraba consuelo al escuchar aquellas palabras. El castaño se giró para encontrarse con la mirada de su menor quien se encontraba triste. -lo siento, no era mi intención hacerte sentir mal.

-Ahora estoy feliz -Sus brazos rodearon el cuello del mayor -En verdad lo siento -Sonrió antes de depositar cortos besos sobre sus labios.

La noticia de su embarazo le tomo por sorpresa, jamás imagino que él terminaría así. En sus planes estaba ser papá, más nunca pensó que él sería quien tendrí ­a al bebé durante 9 meses.

Los antojos aparecieron uno tras otro, el menor cumplía cada capricho del más alto por absurdo que fuese, aunque habi­a ocasiones en las que se llegaba a molestar.

-Ji amor-Tocaba la mejilla de su dormido novio, eran las 3:00am

-Mhh déjame -Movía sus manos cerca de su rostro para evitar aquellos piquetes que le hací­a su mayor.

-Se me antoja un poco de pastel de chocolate. -Hizo un puchero.

-Déjame dormir, mañana iré por tu pastel. -Sonrió mirando a su mayor

-Quiero mi pastel ahora.- hizo berrinche.

-No, duerme y déjame en paz. -Tomo las manos de su mayor y las pego por encima de su cabeza.-Seung, si no me dejas en paz, juro que ire por tu pastel pero antes te are mío -Advirtió

-Ya no quiero pastel -Hizo un tierno puchero.

Ver de aquella forma a seung causaba ternura, aquel aspecto de chico malo había cambiado por completo. La mirada del castaño era tan dulce, su pancita comenzaba a notarse muy poco, tenía 2 meses de embarazo.
Ji yong se había salvado de despertarse e ir por aquella rebanada de pastel, pero habí­a olvidado un pequeño detalle.
"Cuando no se cumplen los antojos, el apetito sexual aparece".

Habían pasado 2 horas desde que seung se quedó dormido con un puchero en su boca, no había conseguido cumplir su antojo y de cierto modo le molestaba. Dieron las 5:15am, el cuerpo de seung se sentí­a extraño, una corriente de calor recorrí­a todo su cuerpo y parecí­a no irse aunque quitó su pijama.

-Mi amor, ¿Estas bien? -Pregunto él menor al sentir ligeros movimientos en la cama. La respuesta que esperaba era un si o en su defecto un no, pero lo que recibía fue un jadeo. -¿Cielo?- Pregunto sentándose sobre la cama.

Por segunda ocasión volví­a a ver aquella escena tan excitante, Seung se encontraba sentado sobre la cama, una de sus manos subí­a y bajaba por toda la extension de su glande a un ritmo lento.
El mayor ignoraba el echo de que su pequeño incubo estaba despierto, se encontraba sumergido en su tarea. El pelirosa se acercó hasta su parte baja, quitando las manos de un necesitado seung.

El Íncubo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora