NICO

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Era de noche y la cena en el campamento mestizo ya había terminado.
Nico se dirigía al borde del lago a pensar, cuando estaba pasando por la última cabaña para llegar sintió que no estaba solo, sus sentidos se activaron y se puso alerta, se giro dispuesto a pelear.
Y se encontró cara a cara con Percy Jackson pero este se veía mas serio de lo que Nico lo había visto nunca.
- tenemos que hablar acompañame a mi cabaña un momento.
- no podías esperar hasta mañana? Todos duermen y es casi media noche.
La voz de Nico sonaba seria pero él estaba haciendo un esfuerzo enorme porque Percy no notara lo mucho que lo asustaba y al mismo tiempo lo emocionaba la idea de estar a solas con él en su cabaña; aunque esto significará que tendría que seguir fingiendo que no lo soportaba... Bueno ciertamente no lo soportaba pero no en el sentido en el que Percy y los demás lo creían.
Caminaron en silencio hasta la cabaña de Percy, Nico agradecía ir detrás del hijo de Poseidon para que este no notara su nerviosismo.
Cuando entraron Percy lo empujó contra la pared y se pegó tanto a el que sus cuerpos casi se tocaban, sentía el calor que desprendía el cuerpo de Percy, notaba su respiración en la cara, sentía su delicioso olor a agua salada y verano.
Pero no se atrevía a moverse casi ni respiraba, temía que Percy notara lo agitada que estaba su respiración lo emocionado y nervioso que todo el lo ponía.
Temía que si lo miraba a los ojos el notaría todo lo que había imaginado entre ellos, todas las noches que había mordido sus labios para que sus gemidos no se escucharan cuando se corria pensando en todo lo que quería hacer con ese perfecto y estúpido hijo de Poseidon.
- mirame Nico
- que quieres?
- ya te dije quiero hablar pero necesito que me mires.
Oh dioses! La manera en la que había dicho "necesito" había hecho que una oleada de doloroso deseo recorriera el cuerpo de Nico.
Sintió que Percy se acercó unos centímetros más y temió que él notara el bulto que comenzaba a incomodarlo en su pantalón.
- mirame Nico por favor mirame
Dioses Nico jamas podría resistirse a ese chico, sabía que seguramente lamentaría alzar la cabeza pero aún así lo hizo.
Sabía que no debería haberlo hecho.
Sus ojos lo miraban con una intensidad insoportable, su boca estaba justo delante de sus ojos así que no podía simplemente mirar al frente porque Percy notaría el deseo con él que miraba sus labios.
Se veían tan suaves tan irresistibles, deseaba tanto besarlos... Intento apartar ese pensamiento de su cabeza era demasiado doloroso desearlo tanto y estar tan cerca y sin embargo jamas pasaría.
- gracias... Nico por que... Porque me odias?
Su voz se quebró al preguntarlo.
Nico sentía que moriría del dolor no soportaba ver a Percy sufrir y mucho menos por su culpa.
- no te odio.
De repente Percy parecía muy
enojado.
- no? Entonces porque nunca me hablas o me miras, he tratado de ser tu amigo de muchas maneras pero tu continuas odiandome.
La palabra "amigo" se le clavo como una espada de bronce celestial en el pecho. Se lleno de rabia y dolor y reacciono como nunca lo había esperado o imaginado.
- crees que te odio hijo de Poseidon? Que los odio a ti y a Annabeth?, pues lamento decirte que te equivocas *sesos de alga*.
En el momento en que lo hice me arrepentí. Sabía que estaban en un mal momento y sabía que había sido un golpe demasiado bajo.
Percy se pego totalmente a mi estripandome entre la pared y su cuerpo.
Sentía cada uno de sus musculos tensionados contra mi.
Sus labios estaban a unos milímetros de los míos sabia que se notaba mi deseo, estaba seguro que el podía notar lo incomodo que estaba por su culpa.
Pero por algún motivo notaba en su mirada que el no notaba eso.
- nunca jamás me llames sesos de alga, di Angelo, puede que seas un hijo de Hades pero no te tengo miedo, nunca te he tenido miedo, sólo quiero llevarme bien contigo.

Los Hijos De Hades Y PoseidonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora