LA AGONÍA DEL CAOS

Alérgico

Desde ahí comprendí que si él me había fallado cualquiera lo haría. 

Juré que no lloraría nunca más por él.

Juré que ya no me dolería la noche en la que marchó.

Juré que todo seria diferente.

Pero también me resigne a dejarlo de amar.

Y así seguí adelante, con un bolsillo lleno de promesas y en el otro el corazón hecho pedazos, pero seguí. De colegio en colegio, jamás he tenido una vida estable y por lo mismo me afecto tanto emocionalmente como fisicamente. Ya siete colegios, hasta que al fin cursé mis últimos tres años de primaria en la Plutarco Elias Calles. Mentiría si dijera que tenía amigos. Como cualquier adolescente he sufrido durante mucho tiempo problemas físicos, y coño esto le Jode la vida a cualquiera. Y más desde el punto en el que cualquier escuincle se siente con el suficiente ego para atentar en contra del autoestima de los que sufrimos por ello.

NADIE QUE NO HA PASADO POR ESTO TIENE NI TANTITA IDEA DE LO QUE SE SUFRE EN LA BUSCA DE TENER EL CUERPO PERFECTO CON TAL DE ENCAJAR EN LA SOCIEDAD Y NO COMO UN BICHO RARO.

Me rehusé a creer en el hecho que la partida de mi padre me afectaría más en la vida, y pues comienzo a creerlo. 

Aunque me doliera en el alma, me hubiera encantado que cuando mi papá se fue, no existiera la oportunidad que regresara. Pero dejé que hiciera lo que quisiera, dejé que viniera cuando quisiera, dejé que hiciera y deshiciera, y eso no sólo me dolió; me destrozó.

Aqui vamos de nuevo, atenciones a mi hermana porque mi mamá piensa que con dinero, regalos y salidas va a poder pagar todos los años que le hizo ella falta en la vida de mi hermana. 

Mis expectativas comenzaron a faltar, me equivoqué tantas veces y aqui lo estoy pagando, en piel propia.

Comencé por ver que vomitando me sentía mejor, una vez, dos veces, tres veces, hasta que no lo pude parar.