Sin vuelta atrás

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No te vayas, aún no es el momento, se que he repetido durante varias ocasiones que tu compañía me hace mal, pero no te vayas, no sabes cuanto aprecio tu compañía. No niego que me hace daño, pero más daño me haría estar lejos de ti y no poder escuchar tus anécdotas del día ni saber si estás bien o has enfermado.

Aunque usted no lo sepa yo me preocupo por usted, me preocupa su vida, su salud, su sonrisa, sobre todo su sonrisa que se ha convertido en mi mayor debilidad a la hora de soñar.

Para un momento, detente y sólo por última vez reflexiona sobre un "nosotros", es la última oportunidad, después de esta partida ya no habrá vuelta atrás.

Cartas sin destinatario...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora