En mis zapatos

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Tan fácil es olvidar, eso dice todo el mundo, que es cuestión de no pensar, pero nadie me ha enseñado cómo se puede lograr.

Aunque cambien muchas cosas y su cuerpo en general, su sonrisa sigue intacta y me hace suspirar, no diré que es lo mismo que hace un tiempo yo sentí, pues son sus ojos, son sus labios, lo que me hace a mi pensar que misterio es el que guarda que yo quiero revelar. 

Por un tiempo me he alejado y no lo puedo negar, su figura he olvidado y en mi mente ya no está, pero recuerdo sus ojos y me empieza a temblar, lo que siempre en mi corazón, mi mente quiso olvidar, sólo queda recordarme y volverme a recordar que sus ojos no son míos y su cuerpo ni pensar; que lo único que obtengo de ese hombre singular, son sus palabras de aliento y su buena amistad. 

Cartas sin destinatario...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora