Capítulo 2 "El Baile de Cuadrilla"

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Tn evitó a Cnu durante el resto del día, y esa noche ni siquiera asistió al baile de cuadrillas. Después de la barbacoa se excusó diciendo que le dolía un poco la cabeza, y subió a su habitación. Estaba actuando como una cobarde, y lo sabía, pero no estaba segura de poder soportar verlo con Jiho sin desmoronarse.

Sin embargo, por más que intentó apartar a Cnu de su mente, no lo consiguió, y de pronto sus pensamientos volaron al principio de su relación, a cuando él acababa de llegar al rancho...

Desde el momento en que fuera a recogerlo al aeropuerto, él se había comportado con ella como un caballero, y le había parecido una persona muy agradable, que la hacía sentirse como si se conocieran de toda la vida.

Y no solo con ella, también se había ganado de inmediato a Binnie, y al resto de los hombres que trabajaban en el rancho. Tn nunca se había sentido tan atraída por otro hombre a excepción de GongChan Shik. Sin, embargo, a pesar de las heridas que GongChan había dejado en ella, Tn sabía de un modo instintivo, que Cnu jamás le haría daño. Y, antes de que pudiera darse cuenta de lo que estaba haciendo, se encontró siguiéndole a todas las partes, como un perrillo.

Contrajo el rostro, avergonzada de sí misma. Al principio no había hecho más que suspirar por él y tras lograr que se sintiera cómodo, sin pensar en lo que otros, o el propio Cnu, pudieran pensar de esa ansia por complacerlo. Lo admiraba tanto, que incluso había llegado a olvidar el dolor que le había causado GongChan.

La segunda semana de estancia de Cnu, había habido un baile de cuadrillas y, aunque Tn no se había atrevido a ponerse un vestido, sí se había cepillado a conciencia la larga cabellera, y había dejado en casa el sombrero vaquero que solía llevar.

Como siempre le solía ocurrir cuando estaba rodeada de extraños, y especialmente del género masculino, se retraía, y Cnu, por su estatura, le había parecido una pantalla estupenda, así que se colocó detrás de él y se quedó allí.

—¿Asustada? —le había preguntado él divertido, dándose la vuelta

—Es que soy un poco tímida —le había confesado ella—. Además, no me fío mucho de los hombres... Salta a la vista que algunos de los huéspedes, aun estando casados, están deseando echarle la zarpa a alguna pobre inocente sin experiencia... como yo. Por eso, para evitarme problemas, prefiero no mezclarme con la gente. ¿Te molesta que me quede contigo?

—Por supuesto que no —había respondido Cnu—. Hacía mucho que no asistía a un baile de cuadrillas. ¿Los organizáis a menudo por aquí?

—Cada dos semanas —le había explicado Tn— A los turistas les gustan, ya sabes.

Sin darse cuenta, la joven había empezado a retorcer un mechón de cabello entre sus dedos mientras observaba bailar a las parejas.

—¿Quieres bailar, Tn? —le había propuesto Cnu, imaginando que era lo que ella quería.

Tn se había sonrojado profusamente ante la maravillosa idea de estar entre sus brazos, pero la detuvo el pensamiento de que, de aceptar, él podría percatarse entonces de hasta qué punto le gustaba.

—No... Yo... no sé bailar.

—Podría enseñarte —había sugerido él, divertido ante esa reticencia.

—No, mejor no... la verdad es que...

Había querido decirle que no sabía cómo podría explicar luego a los demás hombres que no quería bailar con nadie excepto con él, pero Cnu pareció pensar que la estaba incomodando, y se había apresurado a retirar su oferta.

"Creyendo en el amor"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora