Capítulo 6 "¿¡Gongchan Noooo!?"

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A la mañana siguiente, unas voces procedentes de la cocina despertaron a Tn. Parecía que Sandeul y Binnie estaban discutiendo. ¡Qué extraño...! Se apresuró a ponerse un pantalón y una camisa de cuadros, salió al pasillo y se quedó escuchando.

— ¡No puedo imaginar cómo diablos puede habérsele ocurrido hacer algo así! —estaba gritando la gobernanta, furiosa—. Ya sé que no lo sabía, y sé que no sería capaz de algo tan mezquino aunque lo hubiera sabido, pero tenemos que sacarlo de aquí como sea.

—Eso es imposible —le respondió Sandeul — . El viejo es el único que tiene poder para contratar y despedir a los empleados del rancho. Ni siquiera Tn puede hacer eso. Lo estúpido es que ninguna de las dos le dijerais nada a Shin. ¡Si lo hubierais hecho no tendríamos ahora este problema!

—No seas bruto, Sandeul, esa clase de cosas no se cuentan a los extraños —gruñó Binnie.

—¿Y qué vamos a hacer?

—No lo sé. Dame tiempo.

—Muy bien. Entonces esperaré vuestras indicaciones.

Tn oyó abrirse y cerrarse la puerta trasera. Sandeul debía haber salido de la casa. Tn se aventuró escaleras abajo, y cuando Binnie la vio entrar en la cocina, se puso roja como un tomate.

— ¡Tn!, ¡Qué temprano te has levantado hoy! — exclamó la mujer dirigiéndole una sonrisa forzada.

—Os he oído —contestó la joven—. ¿Qué es lo que sucede? ¿Tiene algo que ver con los peones nuevos que esperamos para hoy? —le dijo mordiéndose el labio inferior—. Podemos mandárselos directamente a Cnu para que los ponga al corriente de sus tareas. Ayer estaba mucho mejor y...

—Creo que será mejor que te sientes, niña.

—¿Por qué? —inquirió Tn perpleja—. ¿Qué pasa?, ¿Ha contratado a Jack el Destripador o qué? —bromeó. No podía comprender por qué Binnie tenía esa expresión de angustia en el rostro. Estaba tan feliz que le parecía que todo el mundo debía estarlo también.

—Peor —replicó Binnie. Inspiró profundamente, preguntándose cómo iba a decirle lo que tenía que decirle—. En fin, no tiene sentido que me ande por las ramas, los malos tragos hay que pasarlos cuanto antes mejor: Cnu ha contratado a GongChan Shik.

Tn se había puesto pálida, y parecía que se hubiera convertido en piedra.

Aquello era lo último que había esperado escuchar. Se dejó caer en una silla, porque las piernas apenas la sostenían, y se notaba el pulso acelerado en la garganta. La pesadilla que ya creía había superado volvía a asomar su fea cabeza.

— ¿Cómo ha podido? —musitó en un hilo de voz—. ¿Cómo ha podido darle trabajo a ese hombre? Es imposible, Binnie, Sandeul y tú debéis estar confundidos.

—Me temo que no —murmuró la mujer sacudiendo preocupada la cabeza—. Por lo que parece debe pensar que nueve años han sido suficientes para cerrar las heridas.

—Las mías no —repuso Tn enfadada—. Me utilizó, me hizo daño, me asustó... No va a trabajar aquí de ninguna manera. Dile a Sandeul que lo despida inmediatamente.

—Tú sabes muy bien que él no puede hacer eso, Tn. Y tú tampoco. Tendrás que ir a hablar con Cnu y explicarle lo que ocurre.

La joven se puso aún más pálida. Después de lo que habían compartido el día anterior, la sola idea de tener que relatarle la humillante experiencia que había sufrido años atrás hacía que le entraran náuseas. Aquello implicaría tener que explicarle que había flirteado con GongChan, y que lo había perseguido sin ningún decoro porque en realidad, aunque no le agradaba admitirlo, no había sido solamente culpa de él. Había sido incapaz de hablar de ello con Binnie y Jiho, de revelarles hasta qué punto ella había sido la causante de aquello. Pero también era cierto que ella había estado enamorada de GongChan, o creía haberlo estado, y por sus demostraciones afectuosas, había imaginado que él también sentía algo por ella. Aquello, sin embargo, no había evitado que, cuando había irrumpido en su habitación esperando obtener su cooperación para sacarse a Jiho, que lo había rechazado, de la cabeza. Apestaba a alcohol, y trató de forzarla. Sin embargo, antes de que pudiera ir muy lejos, Tn, presa del pánico, empezó a chillar, y sus gritos hicieron que acudieran Binnie y Jiho.

"Creyendo en el amor"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora