Capítulo 3 "El Beso"

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Un par de semanas más tarde, Jiho y los chicos volvieron a pasar el fin de semana en el racho. El domingo, June y Chanwo se levantaron muy temprano, y a Tn la divirtió observar que seguían a Cnu donde quisiera que él fuera.

—Deberías dejarme que te enseñara a maquillarte y que te llevara a comprar algo de ropa —le dijo Jiho, mirando a Tn de arriba abajo cuando esta se sentó a desayunar frente a ella—. Así ningún hombre se fijara en ti.

—No quiero que se fijen en mí —contestó la joven con aspereza.

—Pues deberías, es lo normal en una chica sana de tu edad —insistió Jiho—, ha pasado mucho tiempo desde aquel incidente, Hina —añadió mirándola fijamente—, y ni siquiera fue tan traumático como lo has puesto siempre. No, no lo fue —subrayó al ver que la joven iba a protestar—, lo que pasó fue que eras muy Inocente. Estabas en una edad en la que se es muy influenciable, y te habías encaprichado de GongChan. No estoy diciendo que tú lo indujeras a hacer lo que hizo, lo sabemos que no fue así, pero creo que ya es hora que afrontes cómo es una relación adulta entre un hombre y una mujer. No puedes seguir siendo una niña pequeña.

—No soy una niña pequeña —masculló Tn entre dientes. Se notaba las mejillas ardiendo—. Y sé muy bien como son las relaciones entre adultos, pero no quiero ninguna.

—Pues deberías, o acabarás siendo una solterona —le espetó Jiho cruzándose de brazos—. Escucha, —le dijo en un tono más suave—, sé que aquello en gran parte fue culpa mía, y lo siento, pero no puedo permitir que arruines tu vida de este modo, no has dejado que Binnie ni yo te ayudemos, y podríamos hacerlo.

—No, no necesito ayuda —replicó la joven en un tono gélido.

—Ya lo creo que la necesitas —repuso Jiho—. ¡Tienes que dejar de esconderte de la vida y...

—Ah, estás aquí, Jiho —la interrumpió Cnu entrando en ese momento— Tus chicos acaban de acorralar a una culebra en el patio de atrás, y creo que quieren quedársela como mascota —dijo divertido. Jiho lo miró horrorizada—. Está bien, haré que la suelten —la tranquilizó entre risas. Miró a Tn que al verlo entrar había apartado la vista y jugueteando nerviosa con un sobrecito de café instantáneo—. Bien, Jiho, lo mejor será que vayas a vigilar a los críos, yo tengo que irme. Algunos de los huéspedes quieren ir a misa, y me he ofrecido a llevarlos a la iglesia.

—Deberías llevar a Tn también.

—No me hace falta, y, además, pensaba ir más tarde —replicó la joven al instante, enfurruñada. Se puso de pie y salió del comedor muy tiesa.

En realidad, Tn quería haber ido a misa más temprano, pero por no contradecirse con lo que les había dicho a Jiho y a Cnu, fue al último oficio de la mañana. Se puso un austero y holgado vestido gris, no se puso ni una pizca de maquillaje, y se recogió el cabello. No iba a volver a tratar de aparentar lo que no era.

Binnie la había llevado a la ciudad en su coche porque quería comprar unas cosas, y le había dicho que la recogería cuando hubiera terminado la misa, pero, cuál sería su sorpresa, al encontrarse a Cnu esperándola a la salida.

—¿Dónde está Binnie? —le preguntó incómoda—. ¿Por qué no ha venido a recogerme ella?

—Me la encontré cerca de la tienda de ultraminos y me preguntó si no me importaría esperarte en su lugar. Anda, sube a la ranchera. Aquí fuera hace un calor de mil diablos.

Tampoco le dejó opción, ya que le puso una mano en el hombro y la llevó hasta el vehículo.

—¿Tanta prisa tenía Binnie por irse? —farfulló Tn con un mohín mientras se abrochaba el cinturón de seguridad.

"Creyendo en el amor"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora