Kuroo y Kenma estaban tranquilamente jugando videojuegos en casa del último.
Bah, no me crean.
Estos dos nunca pueden estar tranquilos cuando están solos en casa, y bueno...
Comenzaron con leves besos en las mejillas o en la frente, para luego llegar hasta un beso apasionado que no deseaban terminar.
Kuroo mantenía el control del beso, explorando la dulce cavidad del menor con deleite, acariciando con su lengua todo a su paso, dejando al menor sin aliento.
Con sus manos acariciaba suavemente la tersa piel de Kenma, la cual seguía oculta por la ropa de el mismo, causando suspiros y jadeos por parte del menor.
Hablando de él...
Estaba inmerso en una nube placentera, aunque de vez en cuando se separaba un poco para respirar, volvía a unirse al mayor con solo tomar una pequeña bocanada de aire.
Kenma amaba esos pequeños momentos en los que Kuroo se dedicaba a consentirlo, porque el mayor sabía todos y cada uno de los pequeños puntos que volvían loco al teñido, y que hacían que al pelinegro le costase cada vez más contenerse.
Porque todas las reacciones de Kenma ante sus roces provocaban estremecimientos en el cuerpo de Kuroo.
Otro jadeo ahogado escapó de la garganta de Kenma, provocando una de esos estremecimientos en Kuroo, haciéndolo desear más.
Lo que ambos no sabían era de dos traviesos en la ventana.
Un búho hiperactivo y un gato castaño observaban todo mientras grababan con una sonrisa.
-¿Crees que les importe? Que grabemos esto.-Le preguntó Yaku a Bokuto en un susurro.
-¡No le importará a mi bro, él es el mejor! La cuestión es Ken-chan.-Bokuto exclamaba en susurros, tratando de no subir el tono por la emoción.
-Bueno, supongo que con que Kenma no nos vea, todo bien.-Dijo el castaño, volviendo a mirar la escena.
Bien, estos dos son geniales, ¿a que sí?
Sonidos húmedos inundaban la habitación, Kuroo había comenzado a dar leves mordidas en el labio inferior de el menor, provocando que este se estremeciese y se encogiese un poco en su lugar, y que se aferrase a su nuca con más fuerza.
Ambos estaban extasiados, dentro de su pequeña burbuja de romance, disfrutando su momento de erotismo, sin que nada ni nadie los interrumpiese.
Amaban esos pequeños momentos de placer que se daban entre sí.
Ok.
HARÉ BOKUYAKU PRONTO.
Después de haber dicho eso, me iré lentamente...
Con amorodio.
Suga~Haru~chan~