Capítulo V
Miedo a la responsabilidad
Finalmente llegamos a los vestidores y Anne me despertó.
-¡Mónica! -. Di un pequeño salto del susto.- Estas pálida -. Dijo, comenzando a desvestirse.
-Soy pálida -. Necesitaba bromear, relajar los músculos o los nervios no me dejarían ni hablar.
Me cambié tan rápido que ni siquiera sabía lo que estaba haciendo. Las mariposas en mi estómago volaban completamente descontroladas, queriendo salir de allí, queriendo escapar. Yo quería que se fueran, pero por más que respirara para relajarme, no se iban. Conseguimos un casillero vacío, así que guardamos nuestras cosas allí, menos mal era lo suficientemente largo como para que la guitarra de Anne entrara. Ella se había puesto un short de licra negro, un top del mismo color y una chaqueta naranja sujetada a su cintura. Se veía demasiado genial.
-Me gustan tus zapatos -. Susurré, viendo los botines negros enterizos de tacón, en sus pequeños pies.
-A mí también me gustan los tuyos -. Dijo, señalando mis pequeños tacones de punta, estilo botines.
En los ensayos me sentía cómoda en ellos, ahora tenía pánico de caerme cuando hiciera los pasos. Mi ropa era cómoda. Unos pantalones de licra negros y una franela blanca, con la camisa de cuadros sujeta a mi cintura, para tener más "estilo". Nos llamaron por nuestros números y me sentía en "Factor X" o en la Segunda Guerra Mundial, pronto a entrar a la cámara de gas. Cualquiera de las dos era aterradora. Tuve que detenerme a mitad del pasillo. Estaba transpirado más de la usual, mis manos estaban frías y el sudor brotaba en grandes gotas a los lados de mi rostro. Estaba entrando en pánico.
-Mónica, ¿estás bien? -. Por supuesto que no estaba bien.- Respira profundo y concéntrate, todo te va a salir bien -. Por un momento escuché la voz de Eva en sus palabras.
Recordé cuan cansada llegaba a casa luego de las practicas, que no me podía permitir volver sin si quiera intentarlo. ¿Por qué era tan miedosa? Yo quería esa vida y si para conseguirla tenía que lanzarme al abismo, era el riesgo que debía tomar.
Sujeté la mano de Anne y ella me guio a través del pasillo hasta la sala de audiciones. Desde afuera se veía como un estudio de danza. Con una pared de espejos y personas sentadas alrededor. La música no dejaba de salir del lugar. Nos detuvimos en la entrada, anotaron nuestros números y nos situaron en un grupo de unas diez personas quizás. Las que iban del 200 al 210. Pronto era nuestro turno, así que debíamos quedarnos afuera.
Mi estómago daba vueltas al igual que mi cabeza. Me desmayaría, en cualquier momento me desmayaría.
-¿Quieres que llame a alguien? -. Preguntó Anne, zafándome el teléfono de mis manos. Sí, necesitaba a Iván. Su abrazo, su beso, su protección, que me dijera que todo estaría bien y así mi miedo saldría corriendo.- Llamaré a Eva -.
¡No, Iván! Gritó mi subconsciente, pero de mis labios no salió nada. Yo quería la voz calmada de Iván, eso era lo que quería. ¿Pero era realmente lo que necesitaba?
-Hola Eva, es Anne, te pongo a Mónica que no se siente muy bien -. La escuché decir a lo que me puso el teléfono en la oreja.
-¿Qué pasó? -. Preguntó Eva.
-No puedo Eva, me desmayaré en cualquier momento, tengo mucho miedo -. Escuché su profundo suspiro.
-Mónica de Jesús Rodríguez Sotillo, ¿recuerdas cuantas noches has soñado estar sobre un escenario? ¿Ser famosa, modelar ropa costosa y ser muy querida? Bueno, por eso estas ahí. ¡Deja el drama, ponte las botas, entra a esa habitación y deslúmbralos! -. Gritó, sorprendiéndome, estaba molesta.- ¡No trabajaste tanto para nada! Quiero que olvides tus nervios y tus miedos, demuéstrales a todos los que no creen en ti que están equivocados -.
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Construyendo Lazos
Novela JuvenilLuego de un emocionante verano en el que tuvieron la oportunidad de enamorarse, Eva y Mónica deben regresar a Venezuela, con la misión de mantener una relación a distancia, y encima, pensar en su futuro. Mónica deberá enfrentarse a sus padres y come...