─── ❖ ── ✦ ── ❖ ───
En la prefectura de Akatsuka, en el distrito veinte para ser más precisos, una joven beta luchaba para mantenerse despierta y no sucumbir ante el agotamiento.
¡Vas muy bien Matsuyo-kun, solo un poco más! —intenta animarla su médico y amigo cercano. El sudor corría libremente por el rostro de beta mayor, los nervios lo consumían. Pero disimulaba a sabiendas que él no era el único que estaba pasándola mal en estos instantes. —Vamos, una vez más. A mi cuenta, vamos... —vuelve a pedir en lo que va la tarde.
La pobre y agotada da una fuerte bocanada de aire antes de volver a comenzar a pujar.
—¡Puedes hacerlo Matsuyo-san! —le anima Chibita en lo que cambia el trapo húmedo de su frente.
A su lado se encuentra un asustado Matsuzo, el pobre se sentía impotente al ver que nada podía hacer para aligerar el dolor de su esposa, más que solo apretar su mano y susurrarle cumplidos. Si pudiera con gusto cambiaría de lugares con ella, todo sea para no ver más lágrimas en sus bellos ojos.
"Dios, por favor haz que pare" reza besando una y otra vez la mano de su amada. Apenas si llevaban tres nacimientos y todavía quedaban otros tres.
A lo largo de los meses varios doctores le advirtieron sobre esto, las complicaciones que esta clase de embarazo podía traer, muchos le pidieron que abortará. Su familia les suplicó que por favor pararán, que no valía la pena arriesgarse, pero ellos se negaron... Confiando tercamente en que su amor era mucho más fuerte que cualquier obstáculo que el embarazo pudiese conllevar.
Pero con el pasar de los minutos Matsuzo se convencía cada vez más que tan solo fueron unos necios. Las advertencias siempre estuvieron ahí y ellos simplemente hicieron vista gorda a todas ellas.
Ahora su amada pagaba las consecuencias.
Con tres bebés aun dentro de ella y sin opción a una cesárea, al joven beta no le quedaba de otra que rezar y pedir un milagro. No esta pidiendo mucho, solo una pequeña ayudita, un pequeño empuje; nada más. La vida los ha golpeado lo suficiente como para que estuviera en deuda con ellos. Ya era hora de que esta devolviera un poco el favor.
Un repentino y ruidoso llanto lo sacó de sus pensamientos, Matsuzo enfocó toda su atención en quien ahora se trataba de su cuarto hijo.
Verlo ahí, todo sucio y llorando desconsoladamente ante un mundo incierto hizo que sus lágrimas salieran libremente. Chibita se encargó de limpiarlo un poco antes de volver con Dekapan y Matsuyo. Aún quedaba mucho trabajo por hacer y el tiempo era valioso.
En cuanto a Matsuzo, lo dirigió junto a sus demás hermanos. La imagen era tan conmovedora que no dudo en besar cada una de sus cabecitas.
Dios, son perfectos —susurro entre sollozos. Pese a la alegría del momento, aún no podían relajarse. Todavía quedaban otros dos por conocer.
Tras unas largas y espeluznantes horas. Finalmente terminó, Matsuyo había lo que muchos creyeron imposible, prácticamente había logrado un milagro... Siendo hasta el momento la única beta en la historia de la humanidad en traer a este mundo a sextillizos completamente sanos.
Dekapan y Chibita estaban agotados, lo mismo Matsuzo. Pero a ninguno les quitaba la sonrisa en sus rostros al ver a los pequeños acurrucarse entre sí.
Todo sufriendo, toda desesperación y todo su arduo trabajo ha valido completamente la pena con tal de verlos a dormir cómodamente junto a su agotada, pero feliz madre.
ESTÁS LEYENDO
Matsuno Omegaverse
FanfictionUna decisión que tomar. Sacrificar a todos por el bien de un ser querido. ¿Qué tanto estás dispuesto a sacrificar con tal de salvarlo? Parejas confirmadas: •KaraOso •TouIchi (Tougo x Ichinatsu) •JyushiHomu •Leve AkuOso y AtsuTodo Historia Editad...