0 4

1.1K 104 27
                                    

─── ── ── ───

Osomatsu no lograba —ni ansiaba— entender las razones del por qué Choromatsu se comportaba de manera tan... ¿animal, psicópata? Ya ni siquiera podía pensar en una definición acorde dado que batallaba para liberarse del agarre del mismo ojiverde.

Por la posición en la que se encontraban, a Osomatsu no le gustaba para nada el rumbo que comenzaban a tomar las cosas.

—¿Por qué no cooperas un poco? Será mucho mejor, ¿lo entiendes? —cuestiona presionando aún más su cuerpo con el mayor.

Ante la nula obediencia a Choromatsu no le quedo más opción que ejercer aún más fuerza. Sus ojos aumentaron de tamaño y —sin siquiera notarlo— comenzó a emanar sus propias feromonas. Lo que causó que el cuerpo debajo suyo; finalmente se calmará.

La mente del ojicarmesí apenas si pudo trabajar. Embriagado completamente ante aquel fuerte aroma, sus sentidos poco a poco dejaban de funcionar, su cuerpo se sentía más y más pesado.

Ante la imagen de un Osomatsu sumiso y "dopado"; Choromatsu no pudo evitar sonreír. Creyendo que al fin su hermano se estaba dando cuenta de sus sentimientos hacia él.

Su sonrisa se anchó al notar el ligero bulto en sus pantalones. "Si tanto te resistes, ¿Por qué tu cuerpo te delata querido hermano?" pensó bajando hacia aquella zona. Inhala con gusto el aroma que desprende Oso y sin pensarlo mucho comienza a frotar la erección de su hermano.

Choromatsu jamás se había acostado con alguien; nunca nadie logró llamar su atención lo suficiente como para que hiciera un gran esfuerzo. Nunca nadie pareció ser el indicado como para que perdería su tiempo en cortejos y demás. Nadie le era lo suficientemente bueno.

Osomatsu fue siempre la única excepción.

Dejándose guiar por sus meros instintos Choromatsu se dedicó a disfrutar del momento. Dejaba besos por toda su tersa piel, mordisqueaba aquellas zonas que por años le causaron más de un conflicto interno.

En cuanto alzo su cabeza, Osomatsu lo miraba con ojos suplicantes. Para el ojiverde, aquella vista fue tan hermosa que no dudo en abalanzarse hacia este, robándole el aliento en lo un hambriento beso.

Osomatsu apenas si lograba pensar con claridad. Intentaba zafarse del agarre de su hermano, liberarse y salir de aquel maldito cuarto, pero su cuerpo no estaba cooperando... Lo que es peor, parecía estar reaccionando al actuar del otro.

—Pa-Para... Choro... —intenta hacerle entrar en razón, pero el ojiverde se niega a escucharlo y simplemente lo silencia robándole el aire.

A este paso de seguro que las cosas se volverían más candentes. Osomatsu no deseaba eso, no así... No con él.

En cuanto sintió que la hebilla de su cinturón comenzaba a aflojar el pánico lo invadió, en un intento desesperado por liberarse no lo pensó dos veces y mordió con todas sus fuerzas la lengua de Choromatsu. En cuanto este se aparta producto del dolor Osomatsu aprovecha para alejarse y recuperar el aliento.

—¡Maldita sea! —grita de dolor, al llevar su mano hacia su boca nota como la sangre sale de esta. No es mucha, pero es más que suficiente para hacerle enojar. —¡No debiste hacer eso! —le grita comenzando a acercarse amenazadoramente.

Osomatsu se congela en su sitio al sentir como el aire, de un momento a otro, cambia drásticamente. La presión es ahora mucho más fuerte, su cuerpo no reacciona. No logra entender que está sucediendo, pero no le gusta.

Tiene miedo, miedo hacia su propio hermano. Su familia, ¿Cómo es que está sucediendo?

Choromatsu por otro lado, furioso por las acciones del otro. No nota cuando comienza a soltar sus propias feromonas; lentamente comienza a acercarse hacia él, había decidido que sería gentil con él, pero ahora, con todo lo que ha hecho... Le hará gritar hasta que se quede sin voz.

Matsuno OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora