Prof. Baekie vs Mr. Park

Parte 5

Baekhyun le sirvió cuidadosamente un poco de agua a Andy quien se mantenía jugando con la pelota de fútbol a fuera de su casa, en su jardín. El pequeño había traído un termo que le había dado ese tal 'tío Kyungsoo' quien, sabiendo que es totalmente infantil y egoísta, a Baekhyun no le agradaba demasiado. El problema era que Andy hablaba un veinticuatro siete de él, el cómo era que le hacía la cena más deliciosa del mundo o como su voz era potencial para trabajar en una empresa como la SM Entertainment o cuando decía que el tío Kyungsoo iba a ser el esposo de su papi algún día.

Se reía, sonreía cada vez que Andy le hablaba de cualquier cosa ya que eso solamente demostraba lo cercanos que se habían vuelto y en realidad a Baekhyun le encantaba eso de sobre manera. Pero es que, ¿ese niño no podía hablar de otra cosa que no fuera ese Kyungsoo? Mínimamente lo había acallado por lo menos ese día proponiéndole jugar afuera con su pelota de fútbol.

—¿Quién te enseñó eso? —preguntó en un tono suave cuando Andy había ingerido todo el líquido.

Su flequillo estaba mojado por el sudor y su pequeño cuerpo respiraba rápidamente por la agitación.

—Tenía un tío a quien le gustaba mucho el fútbol —contestó un poco cortante.

Dándose cuenta del cambio en la voz del niño, Baekhyun ladeó la cabeza sin decir nada más. Normalmente a los niños les encantaban los deportes cuando idolatraban a algún famoso o meramente cuando algún familiar jugaba y éste tomaba varias características de eso. No obstante, extrañamente, Andy tuvo un bajón y quiso morderse la lengua, como si lo que había preguntado hubiera roto algo o atraído un mal recuerdo.

De todos modos Andy siguió jugando. Parecía que el recuerdo no era lo suficientemente doloroso como para hacer que ya no quisiera jugar e incluso el hacer esos movimientos un poco avanzados para un niño de cuatro años.

En el momento que sintió una espontánea y pequeña gota en su mejilla, miró hacia arriba. El cielo se había puesto gris mientras que las nubes se acumulaban sobre ellos. La lluvia un poco más fuerte no tardó en venir, Andy siguió jugando, sin embargo. Moviéndose, Baekhyun se levantó de su asiento en las escaleras que daban el jardín para atraer al niño con él antes de que se empapara por completo.

—¡Andy! —llamó hacia él, pero no hubo respuesta. Con un mueca, el adulto caminó sintiéndose pesado por el agua en su cuerpo—. ¡Andy, tenemos que entrar! ¡Puedes pillar un resfriado!

Quitándose el suéter, Baekhyun lo utilizó como un paraguas improvisado para el niño.

—Me gusta la lluvia —el niño respondió en bajito mientras se detenía en sus movimientos mirando hacia el cielo por lo menos lo que Baekhyun le permitía.

—A mi igual —dijo—. Pero prefiero estar adentro con un buen chocolate caliente y una cama en donde dormir, ¿eh? Vamos adentro.

No necesitó mucho más, Andy comenzó a caminar tan sólo un par de segundos después. Aun así, y mirándolo por detrás, Baekhyun miró esos pequeños hombros decaídos y, cuando lo pensó, Andy en realidad no había sonreído demasiado ese día. Casi nada.

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Baekhyun duchó a Andy para prevenir algún resfriado. Durante ese tiempo, el niño pareció mejorar en su actitud debido a las palabras y juguetes que Baekhyun le había proporcionado en la ducha, pero aun así, el profesor no lo sentía del todo bien. Cuando volvió a vestirlo y secó su cabello, Andy simplemente volvió a la pequeña sala para dibujar.

Se mantuvo del otro lado mirando la televisión, pero en realidad su mirada estaba cada diez segundos en Andy. La preocupación creció en él, carcomiéndole las entrañas y sintiéndose incómodo. Las risas se han ido, los jugueteos dramáticos e imaginarios de un niño de cuatro años no estaban presentes y Baekhyun se estaba volviendo loco. Y no lo aguantó más, no fue suficiente. Así que, apagando la televisión, Baekhyun caminó con lentitud hacia Andy, agachándose a un lado de él para mirar lo que hacía.