Desolada

Capitulo 1

La luz del sol entra por mi ventana ; al abrir mis ojos me lastima su resplandor y esta hace que los vuelva a cerrar. La brisa del mar es fresca y hasta puedo olerla.

No puedo creer que hace una semana haya terminado mis estudios de preparatoria y solo faltan unos meses para ingresar a una buena universidad. Tengo planeado escoger la carrera de ingeniería en medio ambiente y hasta con suerte, con mis calificaciones pueda transferirme al extranjero.

Me agrada ayudar a las personas enfermas, sea cual sea su estado, siempre me agradaba. Como mi madre, antes de retirarse del hospital, me llevaba desde que era una niña; cuando no pudo conseguir una niñera que me cuidara.
Me fascinó el trabajo de mi madre, hasta se puede decir que ya se identificar las medicinas y sus usos.

Suena el despertador, son las once de la mañana. ¡Once de la mañana! Al parecer he dormido demasiado, ya que suelo levantarme a las diez para ayudar a mi madre en lo que se ofrezca. Bueno, así estuve acostumbrada desde que vivíamos en la casa de mi abuela.

Me quito las gruesas y pesadas sabanas que llevo por encima de mi delgado cuerpo y me levanto.
El aire fresco que entra por la ventana me congela totalmente mi torso desnudo, este hace que regrese a la cama.

Escucho unas pisadas, son pisadas de los zapatos de mamá. Abre la puerta y entra a mi habitación, o mejor dicho camarote.

Es de esperarse y comienza a gritarme:
-Lisey.....Lisey, levantate ya salio el sol y el desayuno ya esta listo. Te esperamos en la mesa- y se retira.

Tardo tiempo en levantarme, pero nuevamente siento el escalofrío que recorre por mi cuerpo.
Doy un estornudo leve y me dirijo a la ventana para luego cerrarla.

Busco entre mis maletas algo de ropa, porque no desearía llegar a la mesa con ropa interior.
Al fin encuentro una camisa que compre en mi ultimo viaje a Chicago durante el funeral de mi abuelo, y un pequeño pero no controvertido short.

Salgo de mi camarote y me dispongo a llegar a la cocina. El bote es demasiado grande.
Camino por un pasillo y antes de llegar al camarote de mis padres me encuentro en la cocina.
La cocina es algo espaciosa, podría meter a toda mi clase de la escuela y hasta que uno u otro maestro.

-Buenos días- les digo con una sonrisa en la cara.
-Buenos días- me contestan.
-¿Como amaneciste?- me grita mi madre desde la estufa.
-Bien, algo friolenta pero bien- contesto.

Llego a la mesa donde están sentados mi padre y Carl,tomo asiento.
-Sabes que hoy vamos a pescar, ¿verdad? Te lo dije ayer- dice mi padre.
Ahhh la pesca, ¿como se me pudo haber olvidado?. Distingo que Carl se pone feliz y da uno que otro saltito sin lastimar su pierna. Por que es la primera vez que pesca, mientras que yo, soy muy mala para eso.
-Y si posponemos la pesca para otro día, escuche que hay probabilidad de lluvia- vacilo a mi padre.
-El clima esta agradable, no hay ningún rastro de alguna nube-
-Si pero , tal vez los peces hayan decidido no salir por este dia-
-No esta a discusión y vas a pescar con nosotros- eleva un poco su tono de voz, levantándose de su asiento.
-Harold, por favor- lo tranquiliza mi madre. Mi padre asiente y se vuelve a sentar.

Mi madre se une a nosotros después de unos minutos. Por fin estamos toda la familia; mi madre, mi padre, mi cojo hermano y yo.
Mi madre se ha lucido definitivamente con la comida; huevos revueltos con hogazas de pan rellenos de queso crema, y para acompañarlo, jugo de naranja al natural.

Terminando, recojo mi plato y lo coloco en el lavabo. Me ofrezco voluntaria para lavar los platos sucios, pero mi madre rechaza mi propuesta.
En vez de ayudarla, me dice que reorganice mi camarote por que lo he dejado un poco tirado y yo asiento.

Voy rumbo a este. Mientras que paso, veo a mi padre y a Carl ordenando y alistando las cosas para el dia de pesca. Se puede notar la felicidad de mi hermano desde lejos, ya que esta muy sonriente el día de hoy.