Capitulo 3

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Asustados, lo auxiliamos. Mi padre lleva un brazo debajo de sus piernas, lo toma de los hombros y finalmente lo sostiene.

Mi madre prepara el camarote para atenderlo, ya tiene listo todo; alcohol para limpiar, un par de vendas y otros tipo de cosas.

Ya vamos por el pasillo; voy limpiando la sangre que ha dejado caer mi hermano formando un tipo de camino y mi padre lo lleva entre sus brazos; claro, por que nosotras no podemos cargarlo.

Entramos al camarote y mi padre lo deja en la cama; "Aghhh" grita mi hermano al momento de que mi padre baja su pierna y lo acomoda encima de una almohada.
Mi madre le quita los pedazos de cristal que se la han empernado demasiado bien; hay una que otra profunda.
Me empiezan a dar nauseas y siento que me voy a desmayar. Se puede distinguir el hueso de su pierna. Mi madre me observa con el ceño fruncido, toma una pastilla del botiquín y me la entrega.
                     *    *    *
Me siento un poco mejor ahora, el mareo se ha despejado por el momento gracias a la pastilla de mi madre.

Hay pedazos de cristal empapados de sangre por todo el piso del camarote, mi padre esta en el balcón recogiendo la utilería y limpiando el desastre que se ha causado.
Sin embargo, no olvido el pescado, el cual lo dejo sobre un sartén para luego cocinarlo.

-Aghhh- grita mi hermano justo cuando mi madre lo empapa de alcohol para limpiarlo.
No puedo dejar de ver, es demasiada sangre, tan demasiada que es mas de lo que mis ojos han visto en programas de televisión o en películas.

Ya ha pasado mas de una hora. Por fin Carl se ha quedado dormido y ha dejado de gemir; mi madre esta en la cocina lavándose las manos llenas de sangre y mi padre, pues no tengo razón de su paradero, me imagino que estará en el baño o en el balcón.
-Tiene que descansar- Resopla mi madre; se nota que se encuentra agitada y un poco agobiada. El sudor le empapa la frente. -Al igual que tú- esta vez se dirigía a mi.
Yo asiento y me dirijo hacia mi camarote.

Entro a mi camarote decidida a descansar por todo lo ocurrido.
Quiero cerrar mis ojos, pero, entre mas intento, menos puedo.
Decido escuchar un poco de musica, para que me ayude descansar, sin embargo, lo logra; cuando menos me lo esperaba el sueño me estaba consumiendo

Son las 4:15 de la mañana cuando me vuelvo a despertar.
Me toco la frente, estaba sudando. Siento demasiado calor.
Enciendo la lámpara del tocador. Me siento sobre la cama en busca de mis sandalias. No están. Suelto un bufido. Me levanto y camino hacia la cocina.
Recorro el pasillo principal, observo que todos están dormidos y sigo caminando.
Al fin llegó a la cocina, lo sé por el arco que tenemos como entrada principal. No puedo distinguir nada, está a oscuras.
Camino hacia donde debe de estar el refrige... ¡Assssh! Mierda ¿Que pise? De repente siento un pequeño dolor en la planta de mi pie. No están grave. Solo es un pequeño dolor.
Enciendo la luz y salto sobre mi pierna derecha hasta llegar al comedor.
Observo que hay pequeños fragmentos de cristal repartidos por el suelo. Mi padre no recogió del todo muy bien.
También hay pequeños cristales pegados en mi pie; las retiro y de estas comienzan a salir pequeñas gotitas de sangre. No es grave.

Abro el refrigerador, por suerte aún quedó jugo de naranja , me sirvo en un vaso y me lo tomo.
Me vuelvo a encaminar hacia mi camarote.
                       *   *   *
Nuevamente estoy en mi camarote. El dolor del pie ha descendido totalmente.
Coloco mi vista hacia el techo, pongo mi mente en blanco y espero que el sueño me vuelva a consumir.
Poco a poco me voy desvaneciendo.

DesoladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora