Capitulo 2

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Entro a mi camarote y no puedo creer el desastre que he hecho en tan solo una noche. Mi madre me matará.

Ropa...ropa y mucha más ropa hayo en todas partes; se puede distinguir una truza y unas calcetas colgando de la cabecera de mi cama.
Saco mi iphod que tengo dentro de mi mochila y pongo un poco de musica mientras acomodo mi basurero.

No soy tan desastroza a comparación de mi hermano menor; una vez hayamos una rebanada de pizza debajo de su cama que había dejado para consumirla mas tarde. Aunque ese "Mas tarde" se convirtió en dos meses después de que organizara una pijamada con sus amigos.

Poco a poco mi camarote va quedando ordenado y limpio; mi ropa ya esta en su lugar y no hay rastros de sobras de comida.

Son las doce y media de la mañana cuando termino de limpiar mi camarote. Que diferencia hay entre la limpieza y la suciedad.

Escucho que me hablan a la puerta. Es mi padre, avisando que ya es el momento de pescar. Mi padre siempre ha sabido que soy muy mala para pescar y menos para tener cierto contacto con los peces.

-Voy en un minuto- le digo y se retira. Mi ropa es algo anticuada, a diferencia de la que deje en casa.
Me cambio de camiseta y me pongo una de color mas claro para tolerar el calor. Me voy con mis mismos mini-shorts.

Salgo del camarote y me dirijo hacia el balcón donde me encontrare a mi padre y a Carl, no obstante, acabo llegando al baño. La comida estaba envenenada, por que tardo más de quince minutos para salir.
Ya estoy por salir, pero sin antes hechar un vistazo a lo desastroza que estoy; mi cabello, parece que hubo un nido y mi cara; ahh mi cara, esta demasiado desalineada.
Me acomodo el cabello formando una simple trenza y me limpio la cara, con agua y jabón. Voy en camino.

Llegando al balcón, noto que en la mesa central esta una pequeña botella de color amarillenta; es alcohol.
Puedo ver que mi padre esta un poco ebrio, pero aun esta en su juicio.
Tomo asiento en mi supuesto lugar; a un costado de Carl. Mi padre me pasa mi caña y le enseña a Carl como colocar correctamente el anzuelo.
Yo sé como colocar los anzuelos: lo aprendí viendo un documental de pesca, pero lo que me dificulta es atrapar al pez sin que se me escape o tener las manos precisas en la caña.

Lanzo el anzuelo y este llega cerca del bote; lo hago bien, mi hermano me esta observando atentamente.
Voy contando los minutos, o mejor dicho las horas; 3, 8 , 12
Tengo mi mirada fija en la cuerda de la caña; 18, 27 , 30.
Estoy un poco aburrida. Volteo por todas partes, averiguando si hay aunque sea un diminuto pez. No hayo nada.

Me quedo perpleja ante mi reflejo que se ha creado en el agua, el agua esta tranquila. Puedo observar claramente mi cara limpia, llevo mi mano hacia la superficie del agua, sin embargo, alguien me toma del brazo y me detiene.
Es mi padre que suelta:
- Cuidado, a veces el mar puede cambiar de un estado a otro, como ahora; antes estaba en movimiento y ha cambiado a un estado de tranquilidad. Pero, sin embargo, a veces esconde muchos misterios. ¿En que estabas pensando?-
Mi padre olvida que estruja demasiado fuerte mi brazo hasta que le digo que me suelte.

Me quedo de forma pensativa ante el comentario de este; ~El mar esconde muchos misterios~ Pero, ¿que tipo de misterios u horrores? De tan solo imaginarlo me deja la piel de gallina.

-Atrape a uno.....atrape a uno- grita mi hermano.
-Jala de la cuerda con fuerza o si no se te escapará- le dice mi padre con orgullo. Sentí la indirecta.

Carl gira de la cuerda con demasiada fuerza; se pueden ver sus manos rojizas y su esfuerzo mediante el sudor que le cae de la frente. Suelta un bufido.
~Este pez es difícil de roer~ pienso.

-No te des por vencido- grita mi madre desde la cocina.
Sin embargo, este lo logra. Su pez sale disparado hacia el cielo y lo golpea en la cara.
Carl se tambalea hacia atrás y al final cae sobre la mesa central que se hace añicos. Comienza a desangrar su pierna.

DesoladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora