Parte 10. Proactivo

2.4K 178 66
                                    

Proactivo: adj. Que tiene iniciativa y capacidad para anticiparse a problemas o necesidades futuras.

“Podemos alterar nuestras vidas alterando nuestras actitudes.”
Frase de la película 'Nos vemos en la cumbre' (1975) Zig Ziglar
************************************

Era muy de madrugada y Marianne continuaba durmiendo. Mientras yo gastaba mi sueño en recordar el día que conocí a Alex.

—Adelante —dijo Penny desde dentro de su cubículo.

—Permiso, Penny —dije entrando y cerrando la puerta.

Alex estaba ahí, sentado frente a su madre. Ambos me observaban mientras avanzaba hacia ellos.

—Hola, Erin ¿puedo hacer algo por ti?

—Disculpe el atrevimiento ¿Podría hablar con Alex?

—Seguro, los dejaré a solas

—No es necesario...

—No es nada, ahora vuelvo —salió

— ¿Sí? —dijo en cuanto su madre salió

Lo observé en silencio. No tenía ni la más mínima idea de cómo comenzar.

—Supongo que quieres saber porqué me fui dejándote a ti y a tus amiguitos fuera de mi proyecto.

No dije nada, tampoco me moví.

—Bueno, ninguno de ustedes tiene lo que necesito, no son más que un montón de niños, con sus instrumentos de juguete.

—No sé cómo puede saberlo, la mayoría ni siquiera se pudo presentar —al fin hablé.

—Basta con verlos, con la mirada agachada y las manos sudorosas.

— ¿Dejó de sentir nervios?

—Necesito a alguien con agallas y talento.

No respondí. Era demasiado engreído admitir frente a él mi propio talento.

—Pues gracias de todas maneras —dije en voz baja.

Me di la vuelta y me dirigí a la puerta.

—Pensé que tenías agallas cuando vi que entraste. Le dije a tu profesor que estaría aquí, por si alguien de tu grupo quería venir a buscarme, fuiste la única que vino.

Me volví a verlo.

—No sé si tengo agallas, pero al menos no soy una cobarde. Es injusto lo que nos hiciste, todos practicamos por meses, o nos metimos a lecciones extras. Somos músicos talentosos, lástima que no lo veas —giré

Se levantó y me tomó por el brazo.

—Mi madre te dará mi dirección. Te espero mañana a partir de las dos en mi casa. Mañana discutiremos lo que harás

—Eso quiere decir que...

—Eres una genio, nos vemos mañana —dijo saliendo del cubículo.

Al día siguiente me arreglé lo mejor que pude, tomé mi guitarra y salí con mucha alegría de mi departamento. En el fondo me sentía mal por mis compañeros, pero sabía que no podía desaprovechar tan grande oportunidad.
Llegué a la dirección que amablemente me dio Penny. Era una casa hermosa, pero un poco sombría.
Toqué, después de unos minutos, él abrió la puerta y me observó fijamente con una expresión de completa seriedad, que cambió a sorpresa cuando le regalé mi mejor sonrisa.

—Gracias por darme a mí ésta oportunidad, Alex

—Adelante

—Tu casa es muy linda, los muebles me gustan y...

—No te traje para hablar de la decoración

—Tienes razón, lo siento ¿qué debo hacer? —dije con serenidad

—El trabajo consiste básicamente —bebió un sorbo de whisky—. En materializar ciertas ideas y hacer otras cosas que te pida ¿estás de acuerdo?

—Claro ¿Por dónde comenzamos?

—Te mostraré el estudio

—Gracias

—Dejé un pedestal libre para que dejes tu guitarra, la necesitarás siempre contigo

—Sí, no hay problema

—Bueno, eso es todo, con el tiempo deberás acoplarte a éste espacio y... A mí

Sonreí.

—De acuerdo

Él tocaba una canción, mientras yo era su punto focal. Me observaba detenida y fijamente. Lo miré y sonreí, soltó su plumilla cuando me vio hacerlo. Me incliné a recogerla al mismo tiempo que él, rozó mi mano con la suya y al sentir mi contacto, rápidamente alejó su mano.

— ¿Pasa algo? —pregunté

—Nada —volvió a ponerse serio

Tontamente traté de aliviar la tensión y comencé a hablar:

—Me alegra tanto trabajar contigo, sé que es una gran oportunidad y...

—Déjame aclararte algo, tú y yo, no somos amigos. No debes hablar más de lo necesario, el sonido de tu voz está perforando mi paciencia, así que guarda silencio y habla hasta que yo te lo pida

Lo observé con seriedad y volteé la mirada a mis partituras. Esa tarde no volví a decir más, hasta que me levanté para irme y dije una sola palabra, casi inaudible: adiós. Tampoco le volví a sonreír nunca. Había aprendido la lección ese día.

Después de eso, todo había sido igual o mucho peor. Muchas veces llegué a pensar que lo que le dije en el cubículo de Penny influyó en su mal trato de siempre, pero nunca me lo recriminó. Así que, simplemente pensé que Alex había visto en mí, algo que no le gustaba y me detestaba por ello.

Miré el reloj eran las 5:05 am. A las 5:30 am, Marianne despertó y me observó sentada a la orilla de la cama.

— ¿Acaso no dormiste?

—No

Se levantó y se sentó a mi lado.

— ¿Qué te estás haciendo, amiga?

Suspiré.

— ¿Recuerdas lo feliz que estaba cuando te conté que me había contratado?

—Sí —sonrió con nostalgia—. Ese día te vi una hermosa sonrisa... Pero cuando volviste de su casa ya no la tenías

—Claro que no, Alex me odió desde el primer momento. Soy una estúpida, me enamoré de él y ahora estoy podrida por dentro. Éste amor no me dejará nada bueno.

—Hasta en los bosques más oscuros hay algo de hermoso, Erin...

—Entre nosotros nunca habrá nada hermoso

—Prueba y verás, nunca se sabe...

Traté de sonreír.

—Me quedaré hoy contigo, no puedo dejarte así.

—No, amiga, ve a trabajar, dormiré un rato y después me iré a casa. Buscaré empleo por la tarde.

— ¿Estás segura?

—Sí, gracias.

—Llama a Jesse si necesitas algo. Él vendrá rápidamente a tu encuentro

— ¿Sabe lo que pasó?

—Sabe que esto es difícil para ti. Iré a bañarme, acuéstate e intenta dormir.

—Lo haré

Me acosté y por fortuna, me quedé dormida. Cuando desperté Marianne ya no estaba. Así que me levanté, arreglé la habitación y salí hacia mi casa.
Llegué y me acosté un rato más. Estaba confundida, no quería perder el empleo, pero sabía que lo mejor era dejar de verlo...

BAD HABITS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora