Parte 16. Maldito

2.3K 170 53
                                    

Maldito: adj¹. Persona que ha sido maldecida y será castigada por la justicia divina.
Adj². Que es malvado o perverso

Maldito aquel que sabe que está errado y se mantiene en su error.”
–Josefina Ureña
************************************

— ¿Alex? Vine tan rápido como pude. ¿Dónde... ?... Oye ¿qué haces? ¿Por qué estas bebiendo de esa manera?

—Estoy maldito por culpa de ella

— ¿Qué dices? Levántate del suelo. Ven aquí. ¿Qué demonios hiciste? Tu mano está sangrando

—No, Miles. Estoy harto de ser lastimado. Su maldito amor me está pudriendo el alma. Ella está con alguien más

— ¿Hablas de Erin?

—No la menciones, no quiero saber nada de ella

—Amigo, no puedes seguir con esto

—Lo sé Miles, pero sé perfecto lo que haré ahora.
.......................................................................

Caminé por la calle bajo la lluvia. Mi bolso se había quedado en su casa, no tenía ni dinero, ni celular ni las llaves de mi casa.
Estaba empapada. Cuando logré hallar un taxi, le dije al conductor que me llevara a mi edificio. Al llegar, le pedí que me dejará bajar por el dinero. Sin problemas el conductor aceptó y bajé rápidamente.
Entré al edificio y le pedí mi llave de repuesto al casero.

—Aquí están tus llaves, Erin, sólo por favor no olvides darme el repuesto.

—Claro que no, gracias Mr. Thomas

Subí velozmente a mi departamento. Abrí la puerta y escuché que el teléfono fijo sonaba, lo ignoré.
Tomé dinero y bajé a pagarle al conductor. Le agradecí su espera y se fue.
Aún llovía, mi ropa escurría, me quedé observando como el taxi se alejaba mientras suspiraba aliviada por ya estar en casa.
Fui adentro otra vez. Y el casero me interceptó.

—Llueve muy fuerte ¿eh?

—Ajá —murmuré

—Deberías cambiarte

—Tiene razón... Debo cambiar mi ropa y muchas otras cosas en mi vida... Buenas noches,  Mr. Thomas

—Buenas noches señorita Woods

Subí a mi departamento. Al entrar, comencé a pensar en Alex. Recordé su beso, su actitud, lo lindo que se veía al sonreír. Lo mucho que dejó que me elevara, para luego dejarme caer desde esa altura. Su mirada de odio de dolía demasiado. Estaba muy confundida. ¿Fue porque no quise tener sexo con él que reaccionó así? Había dicho que eso era lo único que quería de mí, pero sabía que no era cierto. Su actitud era cómo si tratara de enseñarme por las malas que por amor podemos ser usados. Y probablemente hubiera dejado que me tomará, quería que me tomara, para que con eso dejara de mirarme cómo si quisiera destruirme el alma, pero sabía que nada bueno podía comenzar así.

El teléfono siguió sonando pero no atendí. Me senté en el sofá junto a la ventana, mirando la lluvia, otra vez lloraba. Después de un par de horas, me fui a dormir.
Amaneció y al despertar sentí la enfermedad en mi cuerpo, estaba resfriada, pues la ropa se había secado en mí. Me levanté y me preparé un té. A eso de las diez de la mañana tocaron la puerta. Eran Marianne y Jesse.

—Hola chicos, pasen. Qué bueno que vinieron

—Demonios amiga ¿Ya tomaste algo? Luces llena de virus

BAD HABITS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora