Capítulo 3: Abre tu armario, perra.

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-está bien, desde el principio, con detalles- dijo Charlie.





-no fue la gran cosa, me llevaron al vestidor del equipo, me amarraron y alguien me ayudó- dije alzada de hombros, tampoco era la gran cosa.





-vestidor de hombres, suertuda- dijo con una mirada celosa.






-en realidad no fue tan malo como creí- dije recordando el abdomen marcado de ¿cómo de llamaba? ¡Matt!





-¿cómo saliste de ahí?!-





-¡Alex!- me llamó una voz a lo lejos, miré alrededor del estacionamiento, cuando vi a Matt en su auto rojo, saludándome.





-Matt, hola- dije viendo la cara de impresión de Charlie, pálido, parecía que se iba a esfumar.





-entonces digamos que alguien me ayudó a salir- le susurré a Charlie.






-¿necesitas que te lleve?- preguntó Matt desde la ventana de su auto. Yo tomaría el autobús a casa, realmente no lo necesitaba.





-bueno yo...





-o puedes venir conmigo- dijo Alex bajando la ventana de su convertible negro. ¿Irme contigo? Tranquilo, solo me encerraste en un baño amarrada a una banca.





La mirada de Matt se posó en mí, le había dicho que no caería en los encantos de Alex, y supongo que esperaba que se lo demostrara.






-prefiero irme a pie- le dije a Alex mientras el sonreía pícaro.






-te lo pierdes, preciosa- dijo arrancando su auto.






-¿conmigo también prefieres irte a pie?- preguntó Matt -¿te subes?





-eh...




-¡claro que irá!- dijo Charlie empujándome hacia el auto.






Lo miré con cara de desconcierto, hasta que entendí lo que tramaba, Matt me miró con una amplia sonrisa esperando a que subiera, bueno, espero que no resulte ser un violador...




-hola- me saludó dejando que su sonrisa blanca y un pequeño hoyuelo apareciera en su mejilla.





-¡hola!- saludé alegre.





-¿dónde vives?- preguntó riendo, desordenando su perfecto pelo.






-tú solo conduce, yo te voy dando direcciones- respondí riendo.






-¿buen primer día de clases?- preguntó fijándose en el camino. A sí, perfecto, casi me violan, vi a un chico semi desnudo ayudarme a salir, gays me recibieron muy bien... ¡Lo normal!




-derecha- le ordené para que cruzara -además de estar encerrada en un baño de hombres, todo excelente- le informé riendo.






-tampoco fue muy normal para mi estarme duchando y escuchar gritos de ayuda de una chica- me siguió la corriente -todo el mundo está hablando de ti-





¿De mí? ¡Pero si to no he hecho nada! Bueno...





-¿enserio?- pregunté -¿solo por que le grite a Adams?- pensé en voz alta.






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