Un juego donde la única recompensa es vivir... Varios alumnos han muerto a causa de extrañas y sobrenaturales muertes causadas por los mandatos de un tal Rey ...
Hiccup era un chico normal hasta que... después de estar en detención ella y sus...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
He vuelto y ya acabaron exámenes, actualizare mas seguido, perdón por la espera... casi termina este mandato, lo se , se ha extendido demasiado.
11/Jun./XX -
09: 48– Sótano D, Hospital
Pov' Mérida
No tuve tiempo para decirle a Anna que cerrara la puerta u otra cosa, no quedaba mucho tiempo y apenas quedaban menos de 3 horas para cumplir el mandato. Camine a lo largo del pasillo estrujando la bolsa negra que llevaba entre mis manos, no había nadie en los alrededores, lo único que podía escucharse era un peculiar zumbido proveniente de las descuidadas lámparas amarillentas que colgaban del techo.
Llegué hasta un cruce donde a mi derecha había unas escaleras, arriba en el techo había un letrero color azul, algo oxidado, que colgaba por medio de unos gruesos alambres.
Sótano C:
Rayos X – Sección IV. Esto lo indicaba con una flecha que apuntaba hacia la escalera
Morgue. La flecha apuntaba hacia delante, instintivamente sigue aquellas indicaciones, sin detenerme, mi vida dependía de ello y no solo la mía, si no también, la de todos los estudiantes sobrevivientes.
Mérida -. La temblorosa voz de Anna me tomo por sorpresa, aumentando mi ritmo cardiaco, estaba tan concentrada con llegar a la morgue que había olvidado por completo de que aquella chica estaba tras de mí. – Mérida, hay alguien atrás de nosotros -. Paré en seco, empezando a girar la mirada disimuladamente, pero antes de que pudiera ver lo que había tras de mí, mi cuerpo deicidio seguir adelante ignorando aquella advertencia.
Lo que había frente a mí no era más que un pasillo largo, las paredes estaba pintadas de un color grisáceo que se iba perdiendo entre las múltiples manchas de diferentes substancias desconocidas y que no me atreví a tocar u oler, el piso parecía un tablero de ajedrez, parecía demasiado avejentado además de estar manchado con múltiples manchas de sangre y de suciedad que se desvanecían y dejaban las huellas de las suelas de los zapatos. Las lámparas que alumbraban sobre nuestras cabezas parpadeaban incesantemente, unas hasta más de lo normal pudiéndose escuchar un tronido dentro de ellas. Parecía como si fueran a estallar sobre nuestras cabezas
