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Pov' Honey Lemon – Habitación Desconocida, Edificio de Mujeres –
12/Jun/XX 5:19
Habían pasado más de diez minutos desde que los gritos y golpes habían cejado, no se escuchaban pasos ni voces afuera, en el pasillo, todo estaba tranquilo. Los últimos pasos se habían esfumado ya hace un par de minutos.
Sola, con mis anteojos en ambas temblorosas y pálidas manos, me encontraba arrumbada en una de las esquinas de una habitación en penumbras. Un pequeño espacio entre la puerta y el marco de esta dejaba ingresar a un pequeño hilo de opaca y amarillenta, cobijando mi empapado rostro.
Cansada e inquieta por saber que era lo que pasaba a las afueras de la habitación, elevé la mirada y escudriñé, con mi débil mirada, las borrosas siluetas que me rodeaban, extrañas figuras amorfas parecían retorcerse cada vez que giraba la mirada. Cada parpadeo me hacía sentir vulnerable ante la presencia mis ficticios compañeros. Con ambas manos llevé mis anteojos hacia mi cara, pequeñas gotas caían de ellos hacia mis mejillas, ya empapadas por mi llanto, y me levanté sigilosamente manteniendo mi mirada fija sobre el mugriento tapete rojo que arropaba piso de la habitación.
Volví a examinar la habitación, las que antes parecían amorfas criaturas ahora eran nada más que simples objetos cotidianos.
Me encaminé directo a la puerta y envés de salir el pasillo tomé el picaporte quedándome congelada con la mirada fija sobre le haz de luz que se asomaba a la habitación. Un chirrido emergió de las bisagras de la puerta que se movía incesantemente, al frente y atrás, en sintonía con mi cuerpo.
Mi cuerpo se quedó balanceándose por más de 5 minutos, mi mirada ida permanecía fija sobre el hilo de luz, dentro de mi cabeza, mis neuronas retumbaban, mi corazón me pesaba, tenía una sensación de pesar que me impedía seguir adelante.
Un crujido al otro lado de la puerta me avivo de golpe, jale aire violentamente con un quejido golpeando mi pecho con la palma de mi mano izquierda. Jale la puerta de tajó azotándola contra la pared, un estridente golpe resonó en seco alrededor de la zona de impacto. Mi cuerpo se encogió de hombros, apreté los ojos y llevé ambas manos a la altura de mi cara, reaccionando al sórdido ruido ocurrido a unos cuantos pasos de mí.
