Capítulo 12.

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Charlie es demasiado insistente. Han pasado ya tres días desde que él y Tess estuvieron en mi casa, y desde entonces, ha estado rondándome, intentando convencerme de que Tess podría ser peligrosa. A pesar de decir podría, no parece tener muchas dudas acerca de sus sospechas.

No quiero dudar de mi amiga, pero por otro lado, él me da razones para hacerlo, y sus argumentos son demasiado convincentes.

Llego a la sala de entrenamiento y los hicos están en un círculo, aunque no veo dónde están las chicas.

Estos días hemos estado practicando los golpes y bloqueos más útiles en combates inesperados. Puede que hoy estén preparados para pelear.

—¡Puta! —oigo un chillido.

Ruedo los ojos y me acerco al círculo. Amber y Juls están peleando, o al menos eso intentan. Juls está subida sobre la espalda de Amber, y le está tirando del pelo como una adolescente hormonada que se pelea por un chico.

Algo inútil.

—Que patético —le comento a Joseph, que está a mi lado, él me mira a los ojos como si estuviera loca—. ¿Qué?

—¿No piensas hacer nada? —pregunta frunciendo el ceño.

—No —respondo sonriendo—. Es para pelear para lo que os entreno, aunque debo hacerlo fatal si a Juls solo se le ocurre tirarle del pelo y Amber solo grita y patalea.

—No creo que ninguna esté pensando en las lecciones que nos has dado —dice Kian, que está a mi otro lado.

—Lo que os he enseñado tiene que convertirse en un acto reflejo —me encojo de hombros—. Además, hoy pensaba empezar con las peleas —añado.

Le oigo suspirar con frustración.

—Haz que se quite de encima —le aconsejo a Amber sin alzar demasiado la voz.

Juls me mira por un segundo, asustada, y Amber aprovecha para quitársela de encima, se levanta e intenta dar un golpe, pero Juls le agarra el puño y bloquea el golpe. Entrecierro los ojos. Si yo fuera ella, intentaría volver a tumbar a Amber, y esta vez la inmovilizaría. Pero Juls reacciona demasiado tarde, y Amber ya se ha soltado cuando ella intenta tirarla al suelo. Amber le da con el talón en el gemelo, y hace que caiga.

Sonrío al ver que Amber no es tan débil después de todo.

—Atenta a los estímulos —murmuro.

También es mi fallo. No me fijo lo suficiente en lo que hay a mi alrededor, y eso me podría jugar malas pasadas, igual que a ella.

Amber le da un puñetazo a Juls en la mandíbula y ella gruñe. Entrecierro los ojos al ver cómo Amber se ceba con el estómago de Juls, dejando libres sus manos, y esta no intenta contraatacar.

—Bueno, ya está. Parad —ordeno.

Amber para y se levanta. Tiene la respiración agitada, y sigue mirando mal a Juls, que solo se ha movido para rodear su estómago con los brazos.

—¿Alguien ha visto algún fallo? —pregunto.

Silencio.

—Venga, ha habido bastantes —digo cruzándome de brazos.

—¿Que se tiraran del pelo? —sugiere Louis con ciertas dudas.

—Sí, eso es bastante patético. Duele en un primer momento y puede ser útil para tirar a alguien al suelo, pero no deberíais recurrir a tiraros del pelo como ataque —digo—. Y si vuestro atacante es un principiante como Juls, no os quedéis tirados en el suelo como Amber. ¿Más?

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