Capítulo 3

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-¡Buff, menudo día!-exclamó Tina desplomándose en el sofá agotada.

Mar, sentada también en el sofá, miró para ella sonriendo. Era sorprendente pero Tina estaba moviendo el culo de una vez. No es que nunca hiciera sus tareas o así pero ya había hecho de más, ¡incluso limpió la cocina! (Con lo que odia Mar recoger las cosas...).

También pudo aguantar a su abuelo y una comida chafada, es lógico que ahora solo quiera un poquito de paz en el sofá mirando una película o lo que sea. Mar tenía el mando de la televisión. No había mucha cosa interesante así que siguió cambiando hasta que encontró una película más o menos decente.

La peli era de unos inklings que viajan al pasado y contactan con la antigua civilización inteligente, los humanos, lo cuales resultan ser malignos y devoran a nuestros antepasados y a otros tipos de criaturas marinas como nosotros. (Madre mía si que estaban locos estos humanos...).

La peli empezaba interesante, pero rápido pasó una hora y media y aún quedaba un buen rato de la peli. Tina bostezó exageradamente y puso un brazo encima del sofá, sin tocar a Mar. Tina nunca perdía una oportunidad para meter fichas, lo mejor era ir despacito, pero lo que sí que no podía negar era que se estaba quedando sopa. "Si me duermo... ¿debería apoyarme en su hombro o no? Igual se enfada si lo hago, aunque nunca lo ha hecho pero como ya sabe que me gusta, igual... ¡Ay, no sé qué hacer!" Sin previo aviso, Mar cerró los ojos y se inclinó hacia Tina, colocando su cabeza despacio en su hombro. Tina se puso roja, y finalmente pasó su brazo por los hombros de Mar. Si algo estaba claro era que las dos estaban quedándose bien fritas, así que la inkling de tentáculos blancos se giró y se tumbó en el sofá despacio, colocando a su prima encima suya para no molestarla mucho. Todo bien y correcto, incluso Mar venía con almohada incluida, ya que estaba apoyada en sus pechos de Tina.

Tina estaba todavía más roja. Era tan adorable ver a su prima así... Empezó a acariciarle sus tentáculos. Estaban muy húmedos. Se descalzó de mala manera y bajó el volumen de la tele, nadie en su sano juicio (y nadie es nadie) iba a interrumpirle esa escena a Tina. La inkling posó sus manos en la cintura de la chica con ternura, siempre acariciándola. No podía dejar de ver esa carita tan tierna de Mar durmiendo, la quería tanto... Ojalá este momento fuera para siempre, pero el sueño está venciendo esta batalla. Una lástima, pero tampoco es que Tina pudiera hacer mucho, de momento.

Una hora más tarde Mar se había despertado, de nuevo sobre los pechos de Tina. "Hummm, qué blandito!" Pensaba la inkling apretando la 'almohada'. Tras frotarse y apretarla un poco levantó la cabeza y abrió los ojos. Su mano izquierda todavía estaba en el seno derecho de Tina, la cual dormía plácidamente. Mar se puso roja como un tomate al darse cuenta de que estaba jugando con unos pechos, además de no dejar de preguntarse cómo habían llegado a esa posición. Soltó el pecho que todavía tenía agarrado y vio cómo rebotaba. Se sentó encima de Tina más roja que un pez rojo. ¿Vergüenza? Podría ser, pero diría yo que es más miedo a lo desconocido. "¿¡Cómo...?! ¿¡Cuándo...?! ¿¡Y por qué...?! No me puedo creer de que le estuviera tocando los pechos a mi prima... Aunque bueno... A saber que me quiere hacer ella a mí... Además... ¿Cómo lo hacen las lesbianas? ¿No se supone que para hacerlo hay que tener un pene? Ay...". Mar se enrojecía mientras notaba como su almejita se humedecía poco a poco. Contemplaba a Tina de arriba abajo. Quería mirar a otro lado, pero no podía, había algo que la atraía, como la curiosidad al gato. Sin darse cuenta empezó a inclinarse hacia la cara de su prima hermana. Escasos centímetros separaban ambas bocas. "Depende de si me gusta o no..." Recordaba las palabras de su abuelo. "Bueno, es hora de saberlo... Espero no arrepentirme de lo que vaya a hacer". De repente Tina abrió sus ojos, había despertado, pero Mar no se detuvo, ya que había cerrado los ojos fuertemente y besó a la inkling de tentáculos plateados. Esta abrió los ojos de par en par, sorprendida por la reacción de la mujer de sus sueños. El beso no fue largo, pero tampoco muy corto.

-Oye, pues si que es verdad que besas bien.

-Sabía que me iba a arrepentir de esto...-dijo Mar mirando frustrada y roja para otro lado.

Tina acarició la mejilla de Mar y giró su cabeza para que volviera a mirar hacia ella.

-Me ha encantado -concluyó Tina-, pero si no te gusto no tienes por qué forzarte.

-Si tú me gustas mucho, eres la persona que más me importa en el mundo, ¡pero no soy lesbiana! -estalló Mar bajando la cabeza con un par de lágrimas en los ojos.

-¿A qué le tienes miedo?-preguntó firme Tina.

-Tengo miedo a que me guste...

-¿Te gusta?

-Mucho.-contestó finalmente Mar.

Tina se enrojeció de golpe. No esperaba esa respuesta, pero aun así era mejor por su parte. Seguía acariciando la cara de su prima, pero prefirió levantarse, estando sentada la una encima de la otra.

-Es normal que tengas miedo... Tú tranquila, olvídate de que las dos tenemos el mismo sexo, si lo bonito no es eso, lo bonito es pasar el tiempo juntas como lo hemos hecho siempre, solo que de una manera más íntima.-aclaró Tina.

-¿Íntima?-preguntó asustada malpensando.

-No tan íntima como estás pensando...-contestó Tina-. Eso lo dejaremos para más adelante, ¿vale? Pero de momento solo quiero que te sientas cómoda a mi lado.

-O-oye Tina... ¿C-C-Cómo lo-lo hacen la-las lesbianas?-preguntó Mar más roja aún.

La pregunta le hizo reír a Tina, a veces su prima es tan inocente...

-Digamos que hay que ser un poco más creativas, pero te aseguro que lo pasarás mejor que con un hombre.

-¿Cómo puedes asegurarme eso si eres virgen como yo?

-¿Quieres probarlo?-preguntó Tina pícara.

Mar se quedó perpleja como una almeja. ¿Su prima le acaba de invitar a acostarse con ella? ¿¡Pero qué mundo es este?!

-Mejor vayamos despacio.-dice preocupada Mar.

-Por cierto, antes noté que me estaban agarrando las tetas o por el estilo, ¿tú sabes algo o eran imaginaciones mías? -preguntó Tina haciéndose la loca.

-Ah... No, para nada, ¿quién te las iba a agarrar?-mintió nerviosa.

Tina se limitó a sonreír. Pasó sus manos por la cintura y le acarició la nariz con la suya.

-¿Q-Qué haces?-dijo Mar sonrojada.

-Los humanos lo llaman beso de gnomos, solo trataba de ser dulce contigo...

-Te quiero.-se escapaba por fin de los labios de Mar.

-Y yo linda.

Hubo un silencio. Tina miró para abajo y volvió a ver para Mar. Esta se preocupó por lo que estaba pensando su prima.

-¿Ocurre algo?

-Una pregunta Mar... Ahora que ya hemos aclarado lo que tenemos entre nosotras... ¿Deberíamos decírselo a nuestros fans? ¿¡Y al abu?!

La cara de Mar empezó a palidecer. ¿¡Cómo el abu iba a entender que sus dos nietas estaban enamoradas la una de la otra, si estaba acostumbrado a parejas de macho y hembra?! Y que es otra, ¡¿sus fans se lo iban a tomar a bien!? Bueno se supone que son famosas por sus canciones, ¿no? ¿Qué más da su orientación sexual? (Bueno, eso olvidando que ambas son de la misma sangre). Mar seguía poniendose blanca, por lo que Tina pasó su mano por sus ojos para hacerla despertar de su trance.

-Am... Esto... Bueno, yo... ¿Qué tal si lo dejamos para más adelante? -concluyó.

Tina sonrió una vez más y la besó.

Más que hermanasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora