Capítulo 2

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11:00. Mar acababa de despertar, acurrucada entre los brazos de su prima, como cuando eran pequeñas y dormían juntas en la misma cama, aunque ahora entiende por qué dejaron de dormir así (simplemente notó un par de "cositas" blanditas que no dejaban espacio para su cabeza). Mar se separó despacitamente y se levantó sin hacer ruido. Tina todavía estaba muy cansada por lo mal que había dormido así que Mar cogió un peluche de un calamar rosa y lo puso entre los brazos de Tina la cual abrazó el peluche por simple instinto y siguió dormitando.

Mar sonrió al ver esa tierna escena. Se agachó y besó la frente de su primita, de la cual salió otra sonrisa por el contacto de los labios. Se acercó a la puerta y la arrimó para no molestar más a la bella durmiente.

Quedaban 3 días para el próximo Splatfest. Mar fue a dar una vuelta, necesitaba airearse un poco y meditar lo que había pasado hace apenas unas horas. ¿Podrá Tina demostrar lo buena que es? Eso sí que es gracioso...

Mar volvió a comprar el periódico. Al parecer ya no estaban en la portada (menos mal). La gran parte de noticias fueron accidentes, alguna que otra muerte, también aparecían políticos y sus reformas estúpidas y sin olvidar las amenazas de nuestros enemigos los Octarianos.

"Creo que ya me acuerdo de por qué no compraba el periódico..." pensó Mar hacia sus adentros.

Al acabar de leer "las malas" noticias (porque siempre eran malas) Mar se fue al sitio de siempre cuando no sabe qué hacer y se siente perdida. Justo cuando nadie miraba se metió por una alcantarilla, saliendo por un lugar totalmente distinto.

Un señor mayor estaba tumbado en una hamaca tranquilamente. Al escuchar los pasos de la inkling se levantó y miró para ella contento.

-Mar, ¿otra vez por aquí? Espera -se quitó la sonrisa de sus labios-, no te habrás enfadado con Tina de nuevo, ¿no?

-No tranquilo, ya lo hemos hablado.

-Entiendo... Y... ¿cuál era la razón por la que os enfadasteis?

Mar se puso nerviosa con la pregunta. ¿¡Cómo se tomaría el abuelo que Tina es lesbiana?! Mar pensó rápido y por fin dio con la respuesta.

-Bueno, últimamente me trataba un poco mal...

El excapitán miró para ella y le hizo un gesto para que se acercara. La inkling de tentáculos negros obedeció.

-Sabes que Tina siempre ha sido así, tanto ella como tú no habéis tenido una vida fácil.

-Ya sé que nuestra vida ha sido horrible y dolorosa, pero eso no es excusa para que Tina me deje hasta en ridículo delante de las cámaras.

-Shh -le dice acariciando su cabeza-. ¿Nunca te has parado a pensar de que Tina tiene envidia de ti?

-¿¡Po-Por qué?!

-Tú sabrás. Tú eres la que siempre está sonriendo, algo ocultarás. A veces deberías pensar un poco en los demás Mar...

"Pero... si lo hago..." Pensó para sus adentros.

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Tina despertó pero se quedó un poco en cama remoloneando y meditando como hace siempre. Normalmente meditaba pensando en Mar, en lo linda que era o en lo capulla que se volvía cuando tenía novio. Tina nunca había tenido novio, ni novia, ni nada ni nadie que le entendiera cómo se sentía. "Mar es muy inocente" meditaba. "Aun así no sé por qué me parece tan linda... Bueno, probablemente me parecerá linda porque lo es." Algo es cierto que todo este amorío surgió de celos y celos, si no puedes con el enemigo, únete a él, ¿no?

Entonces empezó a imaginarse a Mar desnuda. La había visto cientos de veces, de hecho más o menos tenía la misma estructura y cuerpo que Tina. Era tan mona y sexy a la vez... "Cómo me gustaría tocarle los pechos... o no, mejor esa almejita, seguro que debe ser suave, tierna y sobretodo mojadita...o ese lindo clítoris para hacerla sentir que está en el cielo... Mierda me he puesto caliente con Mar al lado..." Entonces Tina mira para el peluche rosa y se da cuenta de que Mar no estaba. La buscó por casa pero nada, estaba sola. "Tengo muchas ganas..." pensaba mientras volvía a su cuarto. Se desvistió y se quitó la ropa interior, dejando al aire sus senos y su chichi. Se tumbó en cama boca arriba y empezó a pasarse por sus senos su mano izquierda, jugueteando con los pezones, mientras que con la mano derecha aguantaba el móvil donde había abierta una foto de Mar en bikini. Los movía en círculos, hacia arriba y abajo y hacia los lados, como si fuese un joystick. Un par de gemidos salían de su boca. Esta vez no tenía que cortarse ya que estaba sola. Los apretaba, tiraba de ellos, los masajeaba, siempre y cuando le diera placer. Una vez lo suficientemente caliente cogio el móvil con su otra mano mientras su derecha exploraba entre su cuerpo y las mantas. Había llegado a la cueva. Su dedo corazón empezó a masajear el clítoris despacio, teniendo cuidado de no hacerse daño. Tina curvaba la espalda de placer mientras seguía mirando todas esas curvas y esos senos de Mar que les encantaría tocar. Estaba tan buena... Su mano siguió avanzando, llegando a sus labios menores, los cuales acariciaba. Estaba todo muy mojado, lo cual hacía que sus dedos resbalaran por su vulva. El calor seguía aumentando junto a sus jadeos, por lo que decidió pasar a la acción. Sus dedos se deslizaron hacia abajo. Primero metió el corazón el cual era el más largo y podía llegar más o menos al fondo, se sentía muy rico, pero no lo suficiente por lo que metió un segundo dedo, el índice, sintiendo aún más placer. Los movía arriba y abajo a un ritmo que aumentaba poco a poco. Sus senos rebotaban siguiendo el ritmo. No podía parar, se sentía tan bien... Ojalá este placer fuera para siempre, sobretodo fuera ella la que metiera sus dedos juguetones ahí dentro, o ya puestos uno de sus tentáculos, seguro que se debe sentir muy bien...

Seguía moviendo sus dedos, sus jadeos iban en aumento. La mano izquierda soltó el móvil y ayudaba a la derecha a meterse más adentro del chichi. Gemidos salían de la boca de Tina, la cual estaba a punto de venirse. El ritmo ahora era demasiado rápido y su respiración muy fuerte. De repente dió un pequeño y fuerte grito y juntó sus paredes aplastando sus dos dedos, saliendo un líquido transparente medio plateado. Había llegado.

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-Oye abuelo, ¿cómo reaccionarias si un amigo tuyo de toda la vida te confiesa que está enamorado de ti?

-¿A qué viene eso?-preguntó extrañado.

-Es solo por saber...

-Pues... depende si te gusta o no. ¿No tendrá que ver con tu hermana, no? ¿Estás segura?

-Bueno, no exactamente -mintió Mar-. Por otro lado no sé si me gusta ese chico o no...

-Mira Mar, tú siempre lo has tenido fácil con los chicos, sigue actuando como eres siempre. En breves sabrás si te gusta o no, y respecto lo de tu prima, que no quiero que cambies de tema, trátala un poco mejor, ya verás como cambia de actitud, mímala.

Mar se quedó pensativa durante un rato, su abuelo tenía razón, todo era cuestión de tiempo y quién sabe, igual se acaba enamorando de su prima, aunque eso es poco probable, al menos es lo que ella cree.

Más tarde, Mar y su abuelo fueron al apartamento en el que vivían las Calamarciñas. Ya eran la una. Tina se había duchado y empezó a preparar la comida mientras llamaban a la puerta. Tina se sorprendió al ver al abuelo. La verdad ella esperaba una comida romántica entre su prima y ella sin nadie molestando, pero parece que su plan se ha ido por el retrete...

-Abuelo... ¿Q-Qué haces aquí?-preguntó Tina.

-Ha insistido en venir y no aceptaba un 'no' por respuesta -respondió Mar algo mosqueada-. Y por cierto... ¿desde cuándo te gusta cocinar?

Tina se quedó aún más sorprendida. "Por que soy tontísima y iba a tener una comida romántica la cual se ha esfumado por arte de magia porque te has traído al abuelo. Dios no se pa' que me puse a cocinar..." Tina simplemente volvió a la cocina sin contestar, mientras que su abuelo le daba un pisotón en el pie a Mar.

-¿Así es como lo habéis hablado? Cada día me sorprenden más mis dos nietas... -protestó el excapitán.

-Mejor voy a poner la mesa...

Mar la había vuelto a cagar. Al final iba a tener razón el abuelo, ella también se había vuelto una egocéntrica y una egoísta que solo piensa en sí misma... Cogió un mantel y lo extendió sobre la mesa, colocando encima tres platos, tres tenedores, tres cuchillos, tres vasos y tres servilletas.

-Siéntate donde quieras abu, voy a ayudar a Tina...

Mar fue a la cocina. Tina estaba preparando un par de cangrejos.

-Déjame que te ayude.-sugirió Mar.

-Da igual ya puedo hacerlo yo sola.-dijo apagando el fuego-. Además ya casi acabe.

-Entiendo.-dijo Mar algo cabizbaja.

Mar no se iba a rendir. Necesitaba ayudar, se sentía mal, la culpable de todo. Se acercó por detrás de Tina y envolvió sus brazos alrededor de ella para manipular el cangrejo, apoyando su cabeza en su hombro.

-Tranquila Tina, el cangrejo ya esta muerto, mira se hace así.-dijo Mar agarrando las manos de Tina.

Tina se enrojeció. Su prima le había vuelto a sorprender una vez más. Ella simplemente se dejó llevar hasta acabar de preparar todos los cangrejos para la comida.

-¿Y solo comemos esto?-preguntó Mar.

-Bueno también preparé algo de sushi... Sé que te encanta...-contestó Tina tímida y sonrojada enseñando una bandeja que estaba tapada.

Mar abrazó a su prima. Era tan tierna cuando quiere... Por otro lado Tina aprovechó y le dió un beso en la mejilla a su prima, lo que hizo que Mar también se sonrojara.

-Bueno... vayamos a comer, ¿no?-sacó Mar cambiando de tema.

-Sí.-dijo Tina contenta.

Más que hermanasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora