06

1.7K 49 4
                                    

La primera luz de la mañana apuñalo los ojos inyectados de sangre de _____, y ella gimió en protesta cuando las fundas de satén fueron tiradas de su cuerpo descortésmente.

-Despiértate, mi Joya. Un nuevo día esta sobre nosotros.

-Mmplf -ella masculló en respuesta a la voz demasiado alegre y se acurrucó debajo de las almohadas.

-Levántate dormilona. -Una mano dio una bofetada ruidosamente contra la carne expuesta de su trasero.-El día se consume mientras tu duermes.

-Déjalo, estoy demasiado cansada para preocuparme -se quejó ella.

El Rey se rió y sacudió ligeramente sus pies, cepillando tiernamente su enredado cabello rojo fuera de sus ojos con las yemas de sus dedos. ______ se estremeció, cuando el repentino, e inesperado movimiento hizo que su carne muy usada y sensible protestara vehementemente. Un rastro plateado de semen rodó por su pierna pero ella estaba demasiado cansada para molestarse en limpiarlo. El Rey la había llenado; déjale ver los resultados, pensó ella hoscamente, intentando mejor olvidar lo increíblemente agradable que había sido la noche. Que dulce y hermoso había sido, a pesar de sus dudas iniciales.

El polvo phuq se había gastado en algún momento durante la tarde, pero su ardor por el rey no se había enfriado. Solo había ardido más brillante y más caliente en las profundas horas de la noche.

-Eres realmente hermosa, mi Joya, y has levantado enormemente mis espíritus con tu cuerpo generoso y tu corazón. Tengo un regalo para ti.

Los ojos cansados de _____ se ensancharon inmediatamente y creció la alarma. El Rey se rió entre dientes una vez más.-Yo sabía que conseguiría tu atención -se jactó él arrogantemente.

El Rey se puso de rodillas ante ella. Su falda de seda blanca fue partida a ambos lados y expuso una cantidad generosa de la piel de caramelo, cuando él bajó y toco con sus labios hinchados de amor por su sexo. Él deposito un beso ligero en el levantamiento de su clítoris, y con un adorno en su mano le presentó su regalo. Era un aro delicado con una esmeralda suspendida por una cadena, que la hacia balancearse en el aire bajo el. Los ojos del Rey brillaron de satisfacción cuando ella jadeó en apreciación de la belleza de la joya y él cabeceó de agrado por su reacción. Él colocó el aro contra la carne de su clítoris, ondeo su mano sobre el, y cuando él tiró, la joya perforo sin causar dolor su carne.

Cuando _____ se movió, la esmeralda se balanceó en el aire, colgando más allá del montículo de su vágina y le hizo cosquillas en el interior de su muslo, mientras brillaba con la luz, en cada movimiento que hacía ella.

-¿Te gusta? -preguntó él en un susurro ronco.

-Sí -ella lo tenía que admitir, aunque ella nunca hubiera recibido con mucho gusto tal perforación en casa. Ella nunca había pensado, que era del tipo que disfrutaba de tales adornos.

-La joya tiene un nombre. Sar'chesh. Es un fragmento de la piedra «Sar'cheih» que es mucho más grande y descansa en mi cetro real, y por lo tanto hace esta oferta completamente inestimable. Espero que lo valores. Como yo te valoro a ti, querida.

¿Qué más podría ella decir? El regalo la humilló, si no el gesto, que ella estaba segura que él hizo a todas y cada una de sus «Joyas» anónimas.-Lo atesoraré -juró ella, porque era la verdad.

-Ahora ven. Debes volver a tus cuartos y romper tu ayuno. -El Rey se levanto una vez más.

-Tengo que bañarme -protestó ella, sintiendo la esencia pegajosa de él cubriéndola prácticamente de la cabeza hasta tocar la punta del pie. Él la había amado largo y a fondo durante la noche, de esto no cabía la menor duda. Él era realmente una bestia insaciable.

La Joya j.b Donde viven las historias. Descúbrelo ahora