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La pelea iba a comenzar, los gritos estaban sacándome de mi estabilidad. Christian se acercó para darme un beso, dijo que eso le daría suerte y yo no pude negarme.

—Te amo enana

—Yo te amo más Chris...

Sonó la chicharra y empezó todo, el contrincante de Christian era más alto y musculoso, no quería que lo golpearan, pero era inevitable; le habían pegado a Christian en la mejilla, ese golpe era como si me hubieran pegado a mí.

—Tranquila no morirá

—Eso no es un consuelo

—Sobrevivió a más grandes

—Créeme que no ayuda

—Ya, deja que termine y verás

Ignoré al "árbitro" y enfoqué todo en Christian, sólo veía golpes aquí y allá lo que provocó varios dolores en mi estómago. Vi levantarse del suelo a Chris tras el directo golpe en la mandíbula, al principio permaneció unos segundos bocabajo tendido en el suelo completamente inmóvil. Tras erguirse miró a ese hombre con cara divertida mientras repasaba sus dientes con la lengua, para a continuación esputar y ofrecerle su sonrisa teñida de rojo, parecía estar disfrutando del momento.
Ahí fue cuando comenzó todo, se lanzó sobre él, Christian, un oponente que no pudo percatarse de la amenaza, castigándole a placer. Su cuerpo era como un instrumento para el arte, sus puños, sus codos, sus rodillas, sus pies... Christian era como un pincel salpicando un lienzo con enérgicos trazos.
Su energía, su furia, era contagiosa, y pronto me sentí inmersa en esa experiencia. El latido acelerado, la respiración agitada, el zumbido en los oídos, los ojos inyectados... Aquella magnífica euforia... Ambos llegamos al clímax en el momento en que el tipo frente a él cayó como un peso muerto en el pavimento, y acompañado por su primitivo y brutal grito de victoria a mí, también me alegró.

Me dieron unas ganas terribles de vomitar, tuve que aguantar hasta que terminó la euforia de la pelea. Christian estuvo a mi lado y me acompañó al otro lado de la calle.

—Saca todo Ally

—No me siento nada bien Chris

—¿Fue por la pelea?

—No sé, me siento mal

—Ven, te llevaré a casa

—¿Y el pago?

—Eso lo veo después

—No, ve a verlo y después me llevas a casa

—¿Segura?

—Sí

Intenté controlar el escalofrío, pero mi cuerpo era más fuerte, Christian regresó después de varios minutos y me dijo que pronto me llevaría a casa.

Pasados cuarenta minutos llegamos a mi casa, me dejó en la puerta y justo cuando abrí comenzaron los gritos de mis papás.

—¡¿Dónde te metiste?!

—Fui a festejar con Karly y después me fui con Chris

—¡¿Y por qué no avisaste?!

—Sí avisé

Intenté mantener la calma, pero si escuchaba un grito más iba a comenzar a gritar muchísimo más fuerte.

—¡A mí no me dijiste nada!

—¡Carajo, deja de gritar! Le avisé a mi mamá y que ella no te dijera nada no es mi maldito problema, así que baja tu tono de voz

—¡A mí me respetas!

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