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¿Casarnos? Era un gran paso, apenas tengo dieciocho y él veinte, es una gran ilusión pero aún somos jóvenes para vivir esa experiencia.
Me quedé callada, inmóvil le iba a decir una negativa pero no pude.

—Chris...

—Toma

Me dio un anillo con una piedra incrustada al centro, me puse pálida porque Christian dio por hecho que aceptaba casarme.

—Chris...

—Dime

—No estoy segura de casarme

—No entiendo

—Quiero casarme contigo, pero no ahora, aún no inicio la universidad y no estoy lista para eso

—¿No aceptas?

—Sí, pero no ahora

—No entiendo

—Quiero casarme contigo, pero cuando ambos terminemos la universidad y tengamos un trabajo estable

—Para eso falta mucho...

—Si ambos nos amamos ese tiempo será nada

—Quiero casarme contigo ahora...

—Chris... Es un poco apresurado

—Ally, ambos nos amamos

—Sí, pero ninguno ha terminado sus proyectos

—Podemos terminarlos juntos

—Y lo haremos sólo pido tiempo

—¿No aceptas?

—No en este momento

Vi como sus ojos estaban cristalinos, debía apoyarme en esta decisión y sobre todo entender que somos jóvenes para ese paso.

Por la noche que las cosas ya estaban más calmadas y sin tristeza fuimos a la última pelea de Christian, siempre que lo hacía me daban nervios porque podían darle un mal golpe e iban a suceder cosas peores.

Llegamos a un nuevo sitio, ésta vez todo era diferente y presentí algo que no era positivo.

—Ally...

—No pelees

—Enana es la última pelea y después no habrá más... Te lo prometo

—Chris, tengo un mal presentimiento

—Tranquila enana

Me dio un pequeño beso en los labios, me sentía preocupada y nerviosa. Observé la pelea durante un tiempo, después la ignoré hasta que ganó Christian; me iba acercar a felicitarlo, pero su contrincante lo golpeó y Christian quedó en el suelo, corrí para ayudarlo.

—¡Chris!

—Llama a una ambulancia Allison

Saqué como pude mi celular, llamé a emergencias y me dijeron que pronto llegaría la ayuda.

—No lo muevas...

—¡Detengan a ese imbécil!

Entre varios agarraron al otro peleador, me acerqué más a Christian y noté que su respiración era más lenta y pesada.

—¡Si le pasa algo te juro que te mato!

—¿Si, tú y quién más?

—¡Dale una lección y lo encierran hasta que sepa de Christian!

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