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Narra Allison

Mientras besaba a Christian sentí que era el momento adecuado para avanzar en nuestra relación.

—Ally, debemos detenernos

—¿Por qué?

—No es el momento

—¿No quieres?

—No es que no quiera

—¿Entonces?

—¿Tú lo quieres?

—Sí quiero, tú eres el correcto

—¿Estás completamente segura?

—Estoy completamente segura

—No quiero presionarte y mucho menos que lo hagas por compromiso

—Chris, sólo déjate llevar, nada malo puede pasar

—Ally

—Christian, ¿por qué no quieres que pase éste momento?

—Simplemente no quiero arruinarte nada

—¿Arruinarme?

—Sí

—Bien, entonces déjame sola

Salió como si nada, me molesté muchísimo porque él no tuvo miedo de acostarse con muchas chicas, pero tiene miedo de tener relaciones conmigo, eso es lo más ilógico.

Después de estar un rato en la habitación decidí salir a caminar por los alrededores que me habían parecido más que hermosos, mientras caminaba encontré un puente un poco rústico, pero demasiado hermoso, era un pequeño tramo que recorrí observando todo lo que estaba cerca y el olor era fascinante algo que no podía encontrar en ningún sitio que frecuentara. La luz del sol se reflejaba en los árboles provocando que en ellos la poca agua que estaba por la humedad tuviera un brillo especial; estaba tan cautivada por todo lo que vi que no me di cuenta que ya estaba a mitad del puente, quería terminar el camino, pero me daba miedo lo que pudiera encontrar al otro lado.

Mi curiosidad pudo más, llegué al final del camino y vi que había una pequeña granja.

—¿Quién eres? ¿Qué haces en mi territorio? —Era la voz de un hombre, estaba parado justo detrás mío, giré mi cuerpo y me encontré con unos ojos grises hipnotizantes, fue lo único que pude observar antes de hablar.

—Soy Allison, no sabía que era tu territorio

—¿Cómo llegaste aquí?

—Un puente

—¿Vienes de la casa que está cruzando el puente?

—Sí

—¿Eres la dueña?

—No

—¿Quieres tomar un café?

—¿No tienes inconveniente?

—No, tú cara dice que necesitas hablar con alguien

—Realmente sí

Su tono de voz había cambiado, era algo más dulce y comprensivo. Caminé detrás de él, tengo la mala costumbre de confiar en los desconocidos y eso debería de cambiarlo, pero bueno, de momento me siento cómoda con la situación.

—No me he presentado

—Así es

—Me llamo Jack

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