VI

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Ruben estaba en la última clase antes de salir del colegio, estaban hablando sobre el tema de los problemas alimenticios.

Esa clase la compartía con Mangel, quien estaba sentado en la fila de al lado en el primer pupitre, unos tres bancos a distancia del castaño.

Ruben se había dado cuenta de que estaban en la misma clase, Mangel de igual manera.

"Y bien chicos" habló la maestra encargada "¿alguien podría darme una correcta explicación acerca de lo que es la anorexia? Vamos, no es difícil".

"Quizás "Rubius" sabe muy bien lo que es" dijo en voz alta un chico, en un segundo todos estallaron en risas.

Mangel no sabía cuál era la gracia del comentario, "¿quién es Rubius?" Buscó entre todos discretamente quien podría ser y... oh, vaya sorpresa que se llevó, al ver que Ruben era el único que no reía, tenía un rostro serio y la cabeza baja.

Era él, pero aun no entendía por qué sería él quien supiera sobre el tema y fuera tan gracioso.

"¿Acaso es el típico nerd de la clase?" pensó Mangel. "¿o es acaso que él tiene...

"¡Dejen de burlarse del problema de su compañero chicos!" las risas cesaron.

"... anorexia?"

"¿Estas bien Ruben?" preguntó la maestra.

"¿Cómo lo va a estar maestra? solo mirelo sin esas sudaderas enormes" comentó otro chico.

"¡Chicos con ustedes no se puede! Vengan acá" la maestra les habló a los causantes de las burlas y se salió con ellos para llevarlos a la dirección.

Entonces los demás solo se quedaron gritándole y aventandole cosas a Ruben.

Pero alguien hizo que se detuvieran.

"¡Ya déjenlo en paz, gilipollas!"

Fue la persona en quien menos hubiera pensado Ruben hasta hace poco.

Mangel, ¿Mangel lo estaba defendiendo? Ruben lo miró con un rostro de entre sorpresa y agradecimiento.

Mangel que se había parado de su asiento, se volvió a acomodar en el pupitre sintiéndose algo avergonzado pero mejor. Todos dejaron de burlarse de Ruben y comenzaron a murmurar entre ellos el acto del chico nuevo.

(...)

A la hora de salida, Mangel fue el primero en salir casi corriendo tratando de olvidar lo que había hecho con gran notoriedad el primer día de clases, aunque tampoco es que haya sido algo malo.

A medio camino hacia su casa escuchó que alguien le habló.

"¡M-Mangel!"

El mencionado reconoció esa voz que lo llamaba, bufó y volteo rodando los ojos. Observó a Ruben a varios metros lejos de él.
"¿Qué?" preguntó hostil "¿por que soy así?" pensó.

"Gracias, de verdad, p-por lo de hace rato"

"¡Como sea!" siguió caminado.

"¡Esperame!"

El pelinegro no le hizo caso, pero aun así Ruben corrió hasta alcanzarlo.

"¿Con que te puedo pagar como agradecimiento?" Ruben comenzó a caminar al lado suyo, pero no tan cerca.

"Pagamelo dejando de joder" dijo sin mirarlo, teniendo su vista sólo en el camino.

"¿Por qué lo hiciste hecho si luego eres muy apartado?"

"No lo sé, porque si, porque-"

"Tú no eres malo"

"¿Disculpa?"

"Lo hiciste porque tú no eres malo, se ve que... e-eres una persona maja"

"Piensa lo que quieras"

"Así lo haré"

Ana y Mia | Rubelangel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora