2.

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Chilidogs y más chilidogs, estar en silla de ruedas al fin y al cabo no ers tan malo.

Cada vez que podían las chicas me regalaban un chilidogs para que me "sintiera mejor", pero la verdad, estaba mejor que nunca. Con la silla podía hacer varios trucos, varios de ellos me han dejado en el suelo.

  Era de esperarse, Shadow, el emo del grupo, en el momento que me vio en esa silla, no podía dejar de sonreír, si, el título de erizo más rápido del mundo había pasado a el, pensar en eso me enojaba pero, recordé un pequeño detalle, si no fuera por sus zapatillas arregladas, ese título se iría directo a la basura.

  Las burlas y comentarios de Shadow no me molestaban, pero si ponían de mal humor a todo el grupo.

  —¿Y si hacemos unas carreras Sonic?— el beteado estaba recargado en la pared con los brazos cruzados.

  —Eres un estupido, ¿¡como puedes alegrarte de la condición de Sonic!?,¿ Sabes por lo que a tenido que pasar desde que despertó en esa cama?— Chilló Amy a shadow.

  —Dejalo Amy, disfruta de su nuevo título, deja que lo disfrute mientras pueda, al fin y al cabo, yo fui el erizo más rápido del mundo, y no por mis zapatillas.—

  —Hmp, Buen tiro vaquero...—

Le guiñe el ojo, Eso hizo reír a Amy, shadow podría ser mi enemigo, podría contar chistes sobre mi condición, pero no me ponía triste sus comentarios, en realidad, me daban gracia, me hacían sentir que esto sería pasajero, me daban tranquilidad.

  —Como sea, tengo mejores cosa que hacer, hasta luego Sonic, el erizo más rápido del mundo, Jajaja —se alejo con una carcajada que hasta mi me dio terror.

  —No le hagas caso Sonic, ¡para nosotros sigues siendo el mas rápido!—

  —Lo sé Amy, lo sé, no tienes por qué defenderme de el, yo igual tengo un montón de chistes sobre el, puedo defenderme con piernas o sin—Algo se introdujo en mi boca interrumpiendome.

  —Calla y come— Amy me había metido un chilidogs en el mismo boca. —Necesitas fuerzas para volver a caminar—

Le di un mordisco al chilidog y lo trago con dificultad, vaya que ese me había llegado de sorpresa. —Gracias Amy, pero la próxima que me quieras dar un chilidog, avisa que me lo darás. —Ella sólo río.

Los atardeceres  era mi parte favorita del dia, era el momento en que nadie me cuidaba, nadie me ayudaba a andar con la silla de ruedas, nadie me metía chilidogs a la boca de sorpresa y nadie me daba ánimos. Sólo era yo y mis pensamientos, y el mejor lugar que yo podía visitar, era el puente, los coches ya no transitaban ahi, el puente estaba viejo y corria peligro de que se cayera si alguno coches se subieran a el.

  Me quedaba en medio del puente, viendo el lago y como el sol se ocultaba, ers hermoso, me dejaba pensar en cosas, era muy tranquilo, estaba disfrutando de la vista hasta que una mano tocó mi hombro.

  —¿Rueditas?,¿ No deberías quedarte en casa?, Alguien puede tirarte al agua si estás así de distraído—

  —jaja, shadow ¿nunca te cansarás de burlarte de mi?—

  —No lo eh echo lo suficiente, tengo una larga lista de apodos y chistes que aún no e usado, y mientras estés así los aprovecharé.—

  Shadow, la amabilidad en persona.

  —¿Hace mucho que estás aquí?— Se sentó en el varandal, viendo hacia el sol.

  —No muho, unos..10 min, supongo—

  Nos quedamos en un silencio acogedor, cerré mis ojos para disfrutar del aire y escuchar los sonidos de mi alrededor con mucha atención. Los claxon de los coches eran opacados por el canto de las aves y el sonido del agua chocar con la superficie metálica del puente.

Amor en silla de ruedasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora