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Encontrarme a Shadow en aquel parque me tomo por sorpresa, una bastante agradable, él se sentó a un lado de mi dejando el libro entre sus piernas. Mientras que, con una débil sonrisa me inspeccionaba de pies a cabeza.

Amy nos miraba, o bueno, miraba a Shadow con una seriedad que me avergonzaba, después de algunos minutos de silencio incomodo aclaré mi garganta forzando una sonrisa dirigida hacia Amy, la cual al notarla, solo desvió su mirada a un lado de nosotros, estaba molesta, demasiado, ya me estaba preparando para un buen sermón de regreso a la casa una vez que Shadow se alejara.

—Discúlpala, la gran mayoría te odia por algo que no fue tu culpa—

Comente con mi comisura izquierda levemente levantada sacando una pequeña risa del contrario que solamente asintió, ahora si quedaba la frase de "es gracioso porque es verdad" Shadow se puso de rodillas mostrándome aquel libro que traía en sus manos, la pasta no tenía nombre o algo que ayudara a conocer un poco del interior del libro.

—Acabo de comprar este libro hace unos 3 días, lo termine por completo y pensé, que te podría gustar—

Comento el en lo que dejaba el libro en mis piernas, tuve el impulso de querer tomarlo más por obvias razones no pasó nada, se me había olvidado por unos segundos de mi condición, en un murmullo me llame a mí mismo idiota por lo que quería intentar pero, aquello se malinterpreto al parecer puesto que Shadow había puesto una expresión de seriedad.

—N-no te lo decía a ti, es que, solo que—

Comencé a titubear y con aquella seriedad que helaba la sangre de Shadow no ayudaba para nada a aclarar mis ideas, comencé a balbucear y tartamudear, mi inútil intento por aclarar las cosas le sacó una carcajada a Shadow, su risa hizo que me mantuviera callado algo sorprendido y avergonzado a la vez.

—¿Se te paralizara el cerebro ahora o qué? —

Añadió el veteado, volviéndose a sentar en el pasto sin dejar de carcajear, sin darme cuenta, aquella expresión de susto poco a poco fue cambiando a una de felicidad y sin darme cuenta, volví a tener esa sonrisa de oreja a oreja que antes parecía traer todo el tiempo.

—Lo lamento—Solté una leve risilla seguido de un corto suspiro— Solo que pensé hacer una tontería, me estaba insultando en voz alta—

—Lo sé, solo quería ver como tenías un shock mental—Repuso el, mostrando una sonrisa y mirada de victoria.

El tiempo que pasamos platicando no lo recuerdo bien, solo sé que quien nos interrumpió la conversación fue la misma eriza que me había traído a ese mismo parque, señalando su muñeca con su dedo índice diciendo que ya era tarde y era verdad, al despegar mis ojos de aquel erizo ya el cielo tenía un tono pastel rojizo, habíamos pasado toda la mañana y parte de la tarde hablando y para mí, solo habían pasado un par de horas o incluso menos. Después de una casi eterna despedida, ambos tomamos caminos diferentes pero los dos con una sola expresión, una sonrisa.

Al llegar a casa, continúe con mi rutina, hice la terapia con Tails, me hizo los mismos exámenes de siempre y me dio de cenar como todos los días pero, en cambio a otros , ya no me parecía hostigarte o aburrido, tenía mi mente en aquella larga charla en el parque, que supongo que eso fue lo que me mantuvo con esa sonrisa en el rostro que siguió ahí hasta que llegó la hora de dormir, definitivamente, quería ir de nuevo al parque para que una vez más, mi rutina no fuera deprimentemente la misma.



*Perspectiva de SHADOW*


Después de verle al fin, y asegurarme de su estado, por fin mi corazón se sintió en paz, aun que traía la misma expresión de seriedad de todos los días, esta se veía diferente, menos tosca o fría, lo note no por mí, si no por Scourge que, al llegar del trabajo no dudo en repetírmelo una y otra vez, dándole más que alegría otro ataque de celos que fácilmente pudo opacar con uno que otro beso, esa era mi rutina desde que Sonic tuvo que ir de emergencia al hospital desde mi casa, calmar a "la bestia" con besos que no me sabían a nada.

Algunos lo podrían llamar masoquismo, estando todos los días con alguien que ya no amo más, que no me interesan sus celos y que ya al darle besos no me encendía esa chispa que antes con solo mirarle se encendía, ahora, solo lo hago más como un deber, mis sospechas de Scourge, de que él tuvo que ver con la condición actual de Sonic son cada vez más grande, sus celos sin sentido son la razón de mis sospechas y la única excusa por la cual oculto la indiferencia que tengo ante él.

durante la cena, la más silenciosa en mucho tiempo en lo que había pasado junto el, yo comía tranquilamente, la pasta fría que había preparado de forma rápida al tener casi la despensa vacía, Scourge no había tomado ni un bocado de su palto y me miraba con seriedad, característica de el al estar enojado o en estos casos, sospechando.


— ¿Fuiste a algún lado?, estuve rondado por la ciudad en el receso del trabajo—

Me había visto, en mis adentros me maldije y, tratando de no mostrar expresión de sorpresa o de interés, alce un poco mi mirada, chocando con la furiosa de Scourge.

—Fui al parque a dar un paseo, me topé con Sonic y me detuve a saludarlo, nada más—

Frunció el ceño por un momento para después solo golpear la mesa con ambos puños levantándose rápidamente de la silla.

— ¡Por 4 putas horas, si no es que más! —

Exclamó aquel mostrando sus colmillos y faltaba poco para que empezara a gruñir, claro que yo me inmute a aquella acción tan infantil y típica de una rabieta de él.

—No tenía nada que hacer, y por lo que veo que tuviste un receso bastante largo y te quedaste observando, debiste ver que estaba acompañado. Por favor si vas a seguir peleando espera a que termine mi cena—

Y como lo esperaba, comenzó a gruñir y hablar entre dientes, yo solo volví a bajar mi mirada al palto, casi vacío de sopa, solo escuche y note como volvió a golpear la mesa con rabia y salía la habitación, puse atención a sus pasos, por lo que note, subió las escaleras y se encerró en nuestra habitación, tuve suerte, al parecer este día, dormiré solo.





//Y aqui estoy de nuevo, viva y con una sorpresa guardada y que espero pronto mostrarles//

Amor en silla de ruedasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora