Cenizas | Camren Fanfic

Capítulo 30

Notaba los sudores fríos traspasar su frente mientras daba vueltas sobre la cama con los ojos cerrados en mitad de la madrugada. Estaba teniendo la peor de todas las pesadillas. Estaba recordando las últimas frases que compartió con Lauren antes de desaparecer de la ciudad siete años atrás el mismo día del cumpleaños de ésta.

-  "¿Estás diciéndome adiós?" preguntó entre sollozos después de haber escuchado a la que acababa de dejar de ser su novia. "Porque si es así no quiero escucharlo" añadió desgarrada.

- "Lauren, yo-yo, no puedo" respondió la más bajita incapaz de mirarla. "Tengo que irme" dijo agarrando los pliegues de su vestido de graduación dándole la espalda.

-  "¡No!" gritó Lauren agarrándola de la muñeca. "Camila no me dejes" dijo en el mismo tono observando cómo ésta no podía ni si quiera mirarla.

-  "Lo siento" finalizó antes de desprenderse del agarre y alejarse de ella.

Camila no me dejes. No me dejes. No me dejes.

- "¡Basta!" gritó abriendo rápidamente los ojos provocando que el pequeño Dusty que dormía a su lado, se asustase. "No... No... ¡joder!" maldijo llevándose ambas manos a su frente sudada.

Rápidamente observó en el despertador de su mesita de noche, cómo éste marcaba las 4 am de aquel lunes 27 de junio. Cumpleaños de Lauren. Con las mejillas húmedas y el corazón acelerado, notando todavía los sudores fríos en su espalda, se levantó caminando descalza hacia su baño privado. Todavía quedaban muchas horas para que su despertador sonase.

Incapaz de volver a conciliar el sueño después de refrescarse la cara y tranquilizarse, se dirigió al salón vistiendo tan solo una corta camiseta blanca que contrastaba con la negra parte inferior de su ropa interior. Sabía perfectamente lo que estaba buscando y, en uno de los cajones del mueble de la televisión, encontró el collar de la cruz.

¿Realmente iba a regalárselo ese mismo sábado en el cumpleaños doble? ¿Sería capaz de acercarse a ella y dárselo como si nada? No. Era una cobarde y lo seguiría siendo frente a Lauren. Ésta la volvía vulnerable despertando en ella sentimientos familiares pero a la vez desconocidos. La volvía loca.

Pensando en ello mientras sostenía el collar entre sus finas manos, observó su antigua cámara recordando que la última vez que la había utilizado había sido en la exposición de la nueva colección de Lauren. Misma en la que comenzó a hacer fotos para distraerse del pensamiento de que dichas obras le recordaban a su pasado juntas. Fue entonces cuando una idea cruzó su mente.

Rápidamente se acercó a la cámara sacando de su interior el viejo carrete para mirar, segundos después, hacia la habitación de invitados que había pasado a ser un cuarto oscuro fotográfico. Era el momento de darle uso.

Con tan solo el sonido de sus pisadas, se dirigió hasta ésta para minutos después comenzar con el proceso de revelado. Siguiendo los pasos con los que se había informado anteriormente para refrescar lo que aprendió años atrás en el curso fotográfico, comenzó a jugar con las imágenes del carrete pasándolas de bandeja en bandeja tras utilizar todos los materiales necesarios. Poco tiempo después, las colgó del hilo que recorría la habitación de una punta a otra. Lo había conseguido.

Saliendo del cuarto oscuro con una sonrisa victoriosa en sus labios, volvió a su habitación observando cómo el despertador marcaba casi las 6 am. Aprovechando el insomnio y el par de horas que aún le quedaba para que su día comenzase, decidió hacer una limpieza a fondo en su pequeña casa recogiéndose la melena despeinada en una coleta alta.

En esos instantes era cuando más se alegraba de no tener vecinos puesto que podía hacer el sonido que quisiera a cualquier hora, dando por ejemplo aquella misma mañana del lunes. Tras esto, mientras el pequeño Dusty ya despierto, se paseaba por la casa siguiendo sus pasos descalzos, Camila intentaba no pensar en Lauren como había estado haciendo desde que se despertó recordando la noche en la que le rompió el corazón.