Capítulo 36

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Nada más decir aquello, el silencio que se creó entre ellas se volvió un tanto incómodo además de estar lleno de tensión. Pero en ningún momento, en esos eternos segundos, dejaron de mirarse.

- "¿Por qué mis ojos?" preguntó Lauren mostrando una media sonrisa.

¿Ser sincera o inventarse cualquier otra respuesta? Esa era la gran pregunta que Camila se repetía en su mente. Tenía que empezar a ser honesta pero la artista la volvía demasiado vulnerable hasta tal punto de sentirse insegura con sus propias respuestas.

- "Siempre me han gustado" respondió sin dejar de mirarla. "No porque sean los ojos esmeralda más bonitos del mundo, sino por el brillo especial que muestran" añadió levantando la mano nerviosa para dejarla apoyada en la mejilla de Lauren.

Ésta no dijo nada y simplemente siguió mirándola mientras el sol terminaba de ponerse frente a ellas con el ruido del mar de fondo. Los rayos se estaban desgastando hasta tal punto de dejarlas a oscuras con la brisa y el ruido de las olas. Estaban casi a oscuras pero se seguían mirando fijamente.

- "Lauren" la llamó puesto que ésta había permanecido en silencio. "¿Puedo preguntarte algo?" añadió.

En ese momento, notando aun el contacto físico de Camila en su mejilla, con la piel erizada según ella por la fresca brisa, se limitó a asentir sin dejar de mirarla.

- "¿Puedes abrazarme?" preguntó desesperada por dar un paso más en ese contacto.

Por un momento, Lauren frunció el ceño por la pregunta de su exnovia, pero solo duró milésimas de segundos puesto que no tardó en envolverla entre sus brazos, quedando los de la más bajita agarrados a su cintura mientras la cabeza de ésta se apoyaba en el hueco del cuello de la de ojos verdes.

Camila sabía que se había mostrado lo más vulnerable posible frente a ella porque más que una pregunta había sido una súplica. Pero en aquel momento, entre sus brazos, notando la frialdad aun en sus pies por las pequeñas olas, no quería pensar en nada más. Se sentía tan bien abrazarla. Se sentía como en casa.

Ninguna de las dos supo cuánto tiempo habían estado en aquella posición, pero lo que sí sabían es que no quedaba ni un rayo de sol en el despejado cielo, y las estrellas sobre ellas lo demostraban. Ambas se estaban haciendo miles de preguntas en su interior, coincidiendo en algunas de ellas mientras seguían abrazadas, pero nada era eterno y aquel momento tampoco.

- "Está empezando a hacer frio" murmuró Lauren con su mejilla apoyada en la cabeza de su exnovia.

Su voz ronca, hizo que Camila volviese a la realidad separándose lentamente de ella con cuidado de que su bolso y las sandalias no se cayesen a la húmeda orilla. Carraspeándose la garganta asintió en silencio para seguidamente comenzar a caminar por la arena dirección al Citroën. Lauren tardó varios segundos más, pero hizo lo mismo.

Una vez llegaron donde el camino de madera comenzaba, se limpiaron los pies en silencio sin dejar rastro de la arena húmeda en ellos, y se colocaron sus respectivos calzados antes de volver a seguir su camino. El silencio reinaba en ellas.

Dentro del Citroën, ninguna de las dos se molestó en encender la radio. No querían tentar a la suerte y sabían que si lo hacían, precisamente buena no iban a tener. Recordando la dirección que Lauren le había indicado, Camila se dejó guiar por las calles que creía conocer mientras conducía. No fue hasta pocos minutos después de abandonar la zona costera, que la de ojos verdes no habló.

- "Tus ojos también tienen un brillo especial" murmuró mirando a Camila quien la miró de vuelta rápidamente, curvando un tanto los labios.

- "Pues yo no lo he visto y me miro todas las mañanas al espejo" bromeó soltando una pequeña risa.

Cenizas | Camren Fanfic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora