Hola, hola, hola queridos lectores. Nuevo capitulo. Lamento la demora.
Mi explicación es que: Comencé de nuevo - luego de unas muy cortas vacaciones (para mi gusto) - la escuela de Medicina y está jodido. ¡Nos quieren explotar! Los momentos que tenga libre los dedicaré a esta historia, de eso no tengan duda.
Les dejo el link de la pagina en facebook, Ayer subí un spoiler del 18 y algunos se lo perdieron: https://www.facebook.com/emmgyr
Gracias por tener tanta paciencia y cariño a esta historia que es más suya que mía. Sin más...
¡A LEER!
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- Elizabeth, nena despierta. – susurran suavemente. – el médico está aquí. Necesito que te revise y cure las heridas.
Mmmmm.
Gimo en la oscuridad, no quiero dejarla. Se siente muy cómoda, pacifica… casi como flotara. No es que haya flotado alguna vez en mi vida. Pero estoy segura que debe ser algo como esto.
Vuelvo a sumergirme en el sueño.
En medio de la oscuridad un punto de luz se hace paulatinamente un poco más grande. Un ángel de cabellos negros baja de él. Se acerca lentamente a mí. El calor irradia en cada parte de mi cuerpo, lo siento caliente en todas partes. No siento nada más que no sea él.
Solo él.
Y estoy feliz.
No hay dolor, no hay miedo. Su rostro queda aún oculto bajo las sombras. Ellas no me dejan ver realmente como es. Quisiera conocerlo; divisar cada parte de él. Pero la oscuridad no me lo permite. Tiene luz, - todo ángel debe tener luz – son pequeños destellos.
- Pequeña, por favor…
Quiero decirle que no se preocupe. Estoy con mi ángel. Todo está bien ahora. Nadie puede hacerme daño.
El ángel se aleja de mí, algunos rayos reflejan su sonrisa.
¡Que hermosa sonrisa!
Quiero alzar mis manos, retenerlo. Mi esfuerzo es inútil. Mis extremidades no responden. Veo como el ángel niega con la cabeza, oponiéndose a mis intenciones. Dejo de hacerlo.
Lo observo alejarse. Pero la sensación de seguridad se mantiene conmigo. Esto debe ser obra suya. El rayo de luz en lo alto se cierra y caigo en la oscuridad de nuevo. Pero sintiéndome extrañamente cómoda esta vez.
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Mis parpados se sienten pesados, pero finalmente logro abrirlos. La habitación está inundada en luz. Yo estoy en el centro de una gran cama de madera oscura.
