Capítulo 13

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A las 9:00 de la mañana siguiente Cal llamó a mi puerta. No sé si había tocado antes, ya que yo acababa de despertar, la noche anterior no había dormido bien, pues cada vez que cerraba los ojos terminaba pensando en Cal. No era la primera vez que pasaba y estaba considerando la opción de comprar unas pastillas para el sueño.

Rápidamente me vestí y salí a abrir la puerta, pero me sorprendí al ver que Cal no venia solo. Esta vez venía acompañado de una chica. Su cabello era rubio y le llegaba por debajo de las mejillas, sus ojos eran de un azul intenso. Era de estatura baja y delgada. En general, era linda.

-Hola, Oli- Cal me saludó con una sonrisa, pero su mejilla estaba ligeramente morada- ¿recuerdas lo que te dije ayer?

-¿Qué pasó con tu mejilla?

-Oh, ¿esto?- señaló el moretón de su mejilla-. No es nada, me caí con una piedra mientras corría. 

Pero a mí no me engañó con eso.

-Bueno- Cal inhaló fuertemente-. Ella es la persona de la que te hablé ayer- Cal acarició con cariño la cabeza de la chica quien al momento se sonrojó.

-H-hola, soy Scarlet- la chica agitó fuertemente su mano en señal de saludo.

-Soy Oliver- contesté cortante. 

-Verás, como no salías cuando toqué la primera vez salí a correr y encontré a Scarlet en el camino. No quería desperdiciar la oportunidad, ¿cierto?- Cal le sonrió a la chica y ella le devolvió la sonrisa.

-C-cierto.

-Ya veo...- me molestaba la facilidad con la que ellos dos se sonreían. 

-C-Cal me ha contado mucho sobre ti...- Scarlet miraba hacia el suelo mientras jugaba tímidamente con sus dedos- T-también quería conocerte...

-Oh...- yo no quería conocerte, dije para mis adentros.

-Bueno, ¿aún quieres ir a caminar?- esta vez fue Cal el que habló.

-No. Seguro ya hay gente.

-Está bien, entonces ¿qué te parece estar un rato en mi departamento?- Cal no borraba la sonrisa de su cara.

-Está bien...- no tenia otra opción mejor.

···

Durante una interminable hora me vi forzado a platicar con Scarlet y Cal. Admito que no fue difícil entablar una conversación, pues la mayor parte del tiempo eran ellos dos quienes hablaban y  yo sólo comentaba monosílabos cuando era el momento o alguna oración con no más de tres palabras. Me sentía extraño al ver a Cal feliz con otra persona, era extraño verlo platicar con una persona a la cual sí podía tocar. Pero no me extrañaba que se pudiera llevar tan bien con Scarlet, pues era una chica muy alegre, lo contrarío a mi deprimente personalidad.  
Después de unas cuantas risas Scarlet se despidió de Cal con un beso en la mejilla y se fue. Cal insistió en acompañarla hasta la salida del edificio, pero Scarlet se negó, cosa que agradecí demasiado.

-¿Y bien? ¿Fue de tu agrado?- Cal se sentó a mi lado, ya que durante toda esa hora él había estado en el suelo, dejando a Scarlet a mi lado.

-¿Qué te pasó en la mejilla?

-Oli, no respondiste a mí pregunta- Cal levantó una ceja, como tanto me gustaba. Pero esta no va a funcionar.

-Tú tampoco. Yo había preguntado primero.

-¿Estás enojado?- no, por supuesto que no.

-Ya me voy- me paré del sillón pero antes que pudiera dar un paso Cal sujetó mi mano.

-Lo siento, te contaré, lo prometo. Sólo quédate.

Volvía a sentarme y lo miré directamente a los ojos.

-Te escucho.

-Iba caminando y unos tipos estaban acosando a Scarlet, así que la defendí. Pero uno logró darme en la cara, sólo fue eso, no es nada grave.

Alcé una ceja mientras me cruzaba de brazos. Suspiré molesto.

-Ok.

-Oliver- ahora parecía que Cal me estaba regañando.

-¡¿Qué?! ¿Por qué haces esas cosas?- tenía un nudo en la garganta y mis ojos picaban-. ¡Se supone que sólo tienes que cuidarme a mí!- mierda, no, no quería decir eso.

Aparté la mirada de Cal cuando mis mejillas comenzaron a humedecerse. 

-Oliver...

-¿Y si te pasa algo?... ¿entonces qué haría yo?- joder, no quería actuar así.

-No, espera. Acabas de mal interpretar todo.

-Claro... lo que digas.

-Mierda, Oliver- Cal me tomó de las mejillas y me obligó a verlo. En su rostro no quedaba rastro alguno de diversión- No tienes que ponerte así. Yo te amo sola y exclusivamente a ti. Y si defendí a Scarlet es porque es mi amiga y ella es lesbiana.

-Ajá.

-Dios- Cal rodó los ojos y me soltó. De un bolsillo de su pantalón sacó su celular y comenzó a buscar algo rápidamente. Cuando lo encontró me restregó el celular en la cara.

Tomé el celular con mis manos, en la pantalla se encontraban dos personas, una era Scarlet y la acompañaba  una chica más alta que ella y de cabello negro muy largo. Estaban tomadas de la mano mientras la chica de cabello negro besaba la mejilla de Scarlet.

-¿Ahora me crees?

-Oh...- mi estupidez no tenía límites-. Yo... lo siento.

-Tranquilo- Cal suspiró y al momento de verlo sonrió-. Me pone feliz que te hayas puesto así, significa que mi esfuerzo está dando frutos.

-¿A qué te refie...- antes de que pudiera terminar Cal se había levantado del sillón.

-Bueno, después de haber aclarado esto, aún nos quedan cuentas pendientes.

-¿De qué hablas?

-Aguantaste una platica con una persona totalmente extraña y aún no has salido corriendo a lavarte las manos, así que, me toca cumplir mi parte del trato. Pero me debes algo por el malentendido de hace rato- iba a protestar pero Cal no dejaba de hablar-, pero diré lo que quiero después de haberte recompensado.

Cal dio media vuelta, quedando justo frente a mí.

-Nonononono, esperaesperaespera- no podía a creer que de verdad fuera a hacer eso.

Cal hizo caso omiso y de una forma jodidamente sexi se quitó la playera. Bajé la mirada evitando mirar su espalda, mi corazón latía rápidamente y mi cara ardía.

-Oliver, si no lo ves no pagaré como es debido.

Cerré fuertemente los ojos mientras poco a poco levantaba la cabeza, los abrí hasta que mis párpados dolieron.

Cuando volví a recuperar la visión, mi vista se posó entre sus omoplatos, y muy a mi pesar, me gustó lo que vi. El tatuaje de Cal era una imagen del libro de El Principito, era el planeta infestado por los baobabs. 

-Es... lindo- el tatuaje, y también Cal. En su espalda se marcaba cada uno de sus músculos y estaba repleta de pecas, lo que me mató. Si no tuviera misofobia juro que lo tocaría.

Cal volvió a dar media vuelta, y Dios, si su espalda era irresistible, su abdomen era cien veces más deseable. Y también era pelirrojo el camino hacia la gloria de Cal.

-Ahora quiero decir mi demanda.

-¿Q-qué quieres?- joder, estaba extasiado, no, más que extasiado. Excitado.

-Un beso- dijo mientras me acorralaba contra el sillón.

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Holi QwQ necesito un pelirrojo en mi vida.

Bai.

No Me Toques [Yaoi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora