s e i s

163 32 2
                                    

No pertenezco a ninguna ciudad.

Nunca pertenecí a ningún hombre.

Sin embargo, allí estabas tú. 

Tomando café.

Por alguna razón, me gustabas más 

cuando parecías estar perdido.

Perdido dentro de ti.

Tus ojos vagaban por las páginas de Cumbres Borrascosas.

¿Por qué te gusta este libro? 

Preguntaste mirándome a los ojos.

Me encogí de hombros.

Tal vez por que me gusta esa clase de amor retorcido y devastado,

Y de alguna manera puro.

Pequeña señorita, estas loca, pero me gustas así.

No te pareció bien la respuesta que te dí.

Por que sabías que nuestro amor era retorcido.

Por que no era puro.

Y por que tú me estabas devastando.

AliceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora