t r e s

198 33 0
                                    

Al llegar a casa y recostarme en la cama, 

todo lo que pude hacer fue llorar 

y quejarme con la vida.

Por que ser segundo no es lo mismo.

Recordaba el frío martes de septiembre cuando te conocí. 

Tu sonrisa iluminaba el lugar. 

Pero no iba dirigida a mí. 

Aunque eso cambió.

En octubre, todo cambió. 

Estabas sentado en el mismo lugar, y sonreías.

Pero ahora lo hacías para mí. 

Insististe al chico de sudadera gris para que pidiera mi número.

Minutos después, el mensaje resonó en mi celular. 

'¿Hay algún lugar donde puedas encontrarme?'  

Yo lo esperaba.

Y no pude evitar sonreír. 

Traté de abstenerme.

Pero era tarde.

Estabas atascado en mi mente.

AliceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora