-Me gustas.
-¿E-eh...?-las mejillas de Tylor cambiaron de color rosa pálido a un rojo intenso y sus ojos se abrieron de par en par.
Mierda, ¿por qué nunca pensaba antes de actuar? Aun así, no podía arrepentirme de mis acciones.
-Me gustas, Tylor- dije con decisión, ¿qué podía perder?
-Ay... n-no... no es cierto- Tylor cubrió su rostro con sus manos.
Buen trabajo, Dan. Bien hecho. Me reprochaba en mi mente.
-Eh... bueno, quiero decir, no de la forma gay, claro...- qué estúpido debió sonar eso.
-N-no...-Tylor bajó lentamente las manos-. Es que... tú eres lindo, yo no...
-Tylor, puede que no seas lindo- la mirada de Tylor entristeció mientras se escogía en su asiento-, pero para mí, eres el chico más hermoso que haya visto.
Tylor quedó en silencio un momento, sus ojos se volvieron acuosos y sus mejillas aún seguían de color carmín.
-Es que... tú también... tú también me gustas...- en el rostro de Tylor se dibujó la más tierna de las sonrisas que había visto en toda mi vida-... de la forma gay.
Ahora yo era el sorprendido. El tiempo se detuvo un instante, tal vez dos o más.
Sólo éramos Tylor y yo, y esa inmensa felicidad compartida.
-Wow... no esperaba que saliera tan bien- reí y Tylor también.
Continuamos hablando de temas sin importancia mientras comíamos. Cada vez que Tylor reía sus mejillas se teñían de rojo y las acompañaban un par de hoyuelos. El tiempo pasó rápida y agradablemente. En un abrir y cerrar de ojos ya estábamos de camino al departamento de Tylor.
Se había hecho un poco tarde, pues el sol comenzaba a esconderse. Tylor y yo caminamos en silencio hasta su departamento.
-Bien, llegamos.
-S-sí, gracias, Dan. Fue muy lindo hoy.
-Sí... bueno, creo que me tengo que ir. Tenemos clases mañana.
-O-oh... c-cierto, hasta mañana, D-Dan- Tylor, apenado y sonrojado, dio media vuelta para abrir la puerta de su departamento. Desde donde yo me encontraba podía ver lo rosa de sus orejas.
-Tylor...
-M-mand...- en el instante en que Tylor volteó para verme lo tomé de una mejilla, tuve que inclinarme para poder estar a la altura de sus labios y poder besarlo.
Sus labios eran suaves y cálidos, aún conservaban el sabor a menta del té. Tylor había cerrado los ojos después de unos segundos y su respiración se detuvo. Me separé lentamente de él para poder verlo a los ojos.
Creo que no hace falta mencionar el estado de las mejillas de mi pequeño.
-En serio me gustas- con mi pulgar acaricié la delicada piel de su mejilla mientras depositaba un suave beso en su frente- ¿puedo venir a recogerte mañana?
-C-claro...
Sonreí. Mierda, no quería irme.
-Entonces, hasta mañana Tylor.
-H-hasta mañana...
Di media vuelta antes de que el deseo de quedarme fuera insoportable.
Había sido un buen día.