Veo a Amy saliendo de la facultad de Diseño de Modas; se acerca a mí con su carismática sonrisa, que podría hipnotizar a cualquier chico de la universidad. Ayer había sido un día fenomenal puesto que estuve el resto del día con la hermosa rubia que venía hacia mí; fuimos por un café para conocernos un poco y con cada detalle nuevo, la futura diseñadora de modas, me atrapaba más. Hoy también quería que fuese un día especial.
— ¿Cómo va todo, Knight? — preguntó mientras jugueteaba con su cabello.
— Nada nuevo, en carreras como la mía solo memorizas reglas inventadas hace años, mientras tú...tú debes encargarte de innovar. —respondí decepcionado.
— Hablas con un poco de desprecio de tu carrera, pero no pienso meterme en detalles que a lo mejor no quieras mencionar. Entonces, si tu carrera no te permite hacer algo nuevo, déjame ofrecerte algo nuevo. —argumentó Amy, tratando de subirme el ánimo.
— ¿Qué sugieres Harford? —pregunté emocionado.
— Una partida de paintball al sur de la universidad.
— ¡No podría negarme, suena fantástico! ¡¿Qué esperamos?! —respondí.
— Yo te invité, así que iremos en mí auto ¿Está bien? —mientras me guiñaba el ojo.
— Una mujer al volante... ¿por qué no me asesinas de una vez, Harford? —pregunté entre risas.
— Llegaría al sur de la universidad en menos de 10 minutos, te demostraré como conduce una mujer.
Asentí, con una gran sonrisa. Fuimos al estacionamiento del edificio 11, y salimos en su Audi R8 Spyder morado hacia la zona de paintball. Tan pronto llegamos hicimos un equipo junto a seis chicos de otras facultades. Una de las reglas de aquel establecimiento, era no permitir que se vieran los participantes de cada equipo.
— ¿Listo para acabar con la rutina Knight? — preguntó Amy con una sonrisa pícara.
—Creo que si.
Nos pusimos los trajes de protección y posteriormente elegimos una locación de juego. Al cabo de 10 minutos, subimos a los autos que nos llevarían al lugar escogido como "campo de batalla".
En un lugar tan ostentoso como Kingsley University, era de esperarse que las locaciones fuesen casi un universo, como un nivel de los videojuegos actuales. Se nos dieron a elegir cuatro lugares, y por unanimidad escogimos el "Centro comercial destruido" como "Arena de combate" y el color azul como distintivo del equipo. Se nos dieron algunas instrucciones de seguridad y luego nuestras respectivas armas. No podía evitar reírme de Amy, ya que no había trajes tan pequeños y el único que podía usar era por lo menos 5 tallas mayor que la suya; lucía tierna, pero también un poco torpe.
—No te vayas a caer, Harford. No quiero concentrarme en subir tu pantalón. —bromeé.
—Ya veremos quién se queda atrás, Knight. —respondió, guiñándome el ojo.
Nos formamos junto a los seis chicos de nuestro equipo. No me sorprendía que no hubiese más mujeres aparte de Amy; las chicas de esta universidad se preocupan por cosas muy vanas, en lugar de disfrutar de todo.
—Muy bien, ya que están preparados para jugar quiero recordarles que escogieron una partida de una hora, y para darle más emoción al juego decidieron elegir la alternativa de "Captura la bandera", —dijo uno de los administradores del juego. — la partida termina cuando logren atrapar las dos banderas del otro equipo. Si un jugador recibe un disparo en el estómago, el pecho o el dorso, quedará fuera del juego por 60 segundos. No se preocupen por contarlos, se activará un temporizador que les avisará cuando puedan volver al juego, si se incumple esta norma, el jugador quedará expulsado del juego. Y aún mejor, el casco tiene un distorsionador de voz, así será más enigmática la identidad de sus rivales. Recuerden que a través del casco pueden comunicarse con sus compañeros.

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Fuego Prohibido
Teen FictionDante Hughes; 22 años, estudiante de medicina, caprichoso, adinerado, sale con la chica del campus que desea, goza de popularidad en toda la universidad, el modelo de vida que cualquier joven desea. Peter Knight; 20 años, misterioso, rudo, atlético...