capítulo 7

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Ya es de madrugada. Los coreanos se han ido a dormir y yo estoy en la habitación de invitados, tirado en la cama con el móvil y los auriculares puestos. Escucho como alguien pica a la puerta. Me quito los auriculares y miro hacia la puerta. Me entra un escalofrío por todo el cuerpo. No sé si es miedo o qué coño es, pero en realidad temo por mi vida. ¿Y si han entrado a robar?

Le echo los huevos que no tengo y el valor que tampoco tengo y salgo de la cama y me encamino a la puerta. La abro y para mi sorpresa, es Jimin.

- ¿Qué coño haces aquí? Me has asustado.

- Oye, que no soy tan feo.

- Pensaba que eras un ladrón o algo así, gilipollas. ¿Qué quieres? - esa última pregunta suena algo más borde de lo que yo quería.

Jimin cambia su expresión, su cara se vuelve algo más oscura. Me mira serio, inexpresivo, aunque sus ojos me dicen tantas cosas a la vez que no sé qué quieren decir.

- Jimin...

Creo que ya lo sé. Mira hacia abajo, hacia el suelo. Los dos estamos de pie, uno frente al otro. Le levanto la cabeza y cuando vuelve a apuntar sus ojos penetrantes a los míos, oh sí, en ese momento sé que estoy condenado. Tiene el ceño algo fruncido y la boca le hace una línea recta que sus perfectos labios curvan levemente. La he cagado. Y ¿sabes cuál es la mejor parte? Que no tengo escapatoria.

Abro la boca levemente al darme cuenta de lo que me espera: Jimin me quiere. Y yo también lo quiero. Joder, me lo acabo de confirmar a mí mismo. Pero James, que Jimin tiene novio. Y son muy felices juntos, o eso parece. Ahora que lo pienso bien, a lo mejor no están tan bien como parece. A lo mejor tienen problemas difíciles de digerir y por eso Jimin está por mí. O a lo mejor Jimin no dejó de quererme nunca. O incluso puede que se quieran separar y hayan mantenido la tapadera.

O puede que a Jimin se le haya apetecido romperme la cabeza con esta puta mierda. Oh, maldito Jimin.

Lo único seguro aquí es que este ha venido a por lo suyo. Y, sinceramente, es la primera vez que dudo si quiero follar con alguien o no.

Jimin me empuja hacia atrás, haciendo que de unos cuantos pasos antes de caerme en la cama de espaldas. Se tira encima de mí, tan rápido que no lo puedo parar. No lo voy a parar. Sé lo que quiere hacer y no puedo impedirlo. Pero no quiero que pare. Quiero que me folle tan duro como lo solía hacer antes. Quiero que me deje tocado durante una semana. Quiero recordar este polvo el resto de mi vida.

Me besa apasionadamente, tanto que me cuesta hasta respirar; pero eso no le importa. Sigue con su ritmo tan elevado. Mi erección aparece en menos de lo que tenía previsto. Joder, es que este tío puede conmigo.

- Si no estuvieras con Jungkook... - le susurro al oído.

Gruñe ante mi comentario. Le ha gustado, le ha puesto todavía más cachondo. Se separa de mí por un instante y se quita la parte de arriba del pijama, dejando a la vista su marcado torso. Joder, casi me corro. Me siento en la cama y me quito la camiseta. Volvemos a lo anterior, pero esta vez me besa el cuello, haciendo que me retuerza del gusto. Me muerde y me besa, de arriba a abajo y muy suavemente. No aguanto más. Lo necesito dentro de mí. Lo empujo y me quito como puedo el resto de la ropa. Él adivina lo que voy a hacer, así que hace lo mismo.

Acaba y se vuelve a tirar encima de mí. Esta vez va a mis pectorales. Me besa los pezones y con una mano los toca suavemente, los aprieta y pellizca. Con la otra mano... bueno... usa dos dedos para hacerme los preliminares. Los mueve dentro de mí. Estoy demasiado excitado. Besos por el pecho, dedos en mis pezones y dedos dentro de mí. Es demasiado. Jimin ha mejorado mucho desde la última vez. Joder.

Ahora tomo yo las riendas. Lo vuelvo a empujar hacia atrás y salgo de la cama. Cierro la puerta de la habitación y vuelvo hacia la cama. Mi erección rebota en mis muslos al caminar. Jimin la mira, expectante y ansioso de tenerla en su dominio.

- Que sepas que esta vez no pienso hacer nada. - digo con unos aires de diva que no me habían salido nunca. - Quiero ver en que has mejorado.

- Tú mismo... vas a salir mal parado de esta.

Joder, eso me ha puesto más cachondo de lo que ya estoy. ¿Cómo es posible que después de todo lo que hemos vivido, este puto coreano me siga sorprendiendo?

Me coge de los hombros y me tira a la cama de nuevo. Se pone encima de mí, con las rodillas a mis lados. Estamos los dos desnudos, con los rabos duros y uno encima del otro. Esto promete.

Pasa su lengua por mi cuello, baja por el medio de mis pectorales y llega a los abdominales. Se para y me besa lentamente. Sigue bajando hasta mi erección. La coge con una mano y lo lame de arriba a abajo. Está dura como una piedra. Se la mete en la boca e intenta meterla hasta el fondo, pero le sale mal. Sonrío de medio lado ante lo que acaba de hacer porque a mí sí me sale. Le cojo del pelo y empujo con la cadera hacia arriba, provocándole una arcada que me excita mucho. Le doy un respiro y vuelvo a hacer lo mismo, haciendo que tenga otra arcada.

Se separa de mí para poder respirar. Esto ha sido nuevo, siempre me lo hacía él a mí. Como es de esperar, ahora le toca a él. Me mueve hacia arriba y me coloca en la almohada. Se apoya en el cabezal de la cama y me mete su erección de lleno en la boca, hasta el fondo. Me empuja con su cadera hacia atrás mientras yo pongo mis manos en sus perfectas nalgas y empujo todavía más. No me provoca ninguna arcada y eso le enfada, y mucho. La saca de golpe y yo cojo la bocanada de aire que tanto necesito. Vuelve a metérmela en la boca de golpe y esta vez, para mi sorpresa, me provoca una arcada. Me deja retomar el aliento. Oigo su risa por lo que acaba de pasar. Cuando se me alivia la garganta, me da media vuelta y me deja a cuatro. Noto como deja algo de saliva en mí.

Me está preparando, me está poniendo al punto. Sin que yo me lo espere, me embiste de manera agresiva y no me deja respirar, a lo que me coge del pelo y me vuelve a embestir, pero esta vez me tira del pelo hacia atrás. Me duele, pero me callo porque no quiero que Jungkook me oiga gritar. Me da con la mano en el culo mientras empieza a darme con un ritmo algo más acelerado. Es seguido y muy excitante. Me coge de los hombros con las dos manos y me embiste cuatro veces; cuatro veces que recordaré para siempre. Cuatro embestidas fuertes, duras y rápidas que me llegan hasta el fondo.

Sale de mi interior y cambiamos de posición. Me siento encima de él y empiezo a bajar y a subir lo más rápido que puedo. Lo goza igual que yo. Me canso, así que me quedo quieto. Me embiste rápidamente; muy rápidamente, tanto que empiezo a soltar pequeños gemidos de placer y dolor. Da una última embestida fuerte y se desploma. Me levanto y me tumbo de lado. Me sigue y se pone de lado, orientado hacia el mismo lado que yo.

Me la vuelve a meter con mucha facilidad y empieza a darme por el culo de una manera legendaria. Es como que nunca se cansase de dar fuerte, duro y rápido. Me masturbo mientras Jimin me rompe el culo. De repente, sale de mi interior. Vale, se va a correr.

Se levanta y yo me pongo de rodillas. Se masturba a una velocidad que nunca había visto y se corre en mi boca. Todo sale volando a mi boca, a mi pecho, a todos los lados de mi cuerpo. Me la vuelvo a meter en la boca y le hago una cosa con la lengua que hace que Jimin gima, como ha hecho todo el tiempo. Ahora me toca a mí.

Me estiro en la cama, mirando hacia arriba, y empiezo a masturbarme. Jimin le da lametones por todos lados. Es demasiado. Siento como mi abdomen se marca por los movimientos de cadera que hago. Estoy a punto de venirme, a punto de correrme. Y así es. Cuando Jimin pone su lengua en la punta de mi miembro, me corro, dejándole toda la cara llena de mí.

La aprieto hacia arriba para sacarlo todo. Jimin lo recoge con la lengua mientras me hace una mamada. Dios, estoy agotado y sudado. El coreano está igual que yo. Se tumba bocarriba a mi lado.

Joder, como me duele el culo. Pero que gustazo.

correr en vano [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora