Hola Bartender.

CUARENTA Y CINCO

- Cuando te vi llegar, sinceramente, creí que solo serías un cliente más.

Comentó Matt, mientras caminaban alrededor de la plaza.

- Y cuando yo llegué a tu bar, francamente, no sé en que pensaba.

Ambos sonreían. Durante la cena, compartieron anécdotas, pensamientos y pequeños secretos que ahora ambos sabían.

Él se detuvo y con delicadeza sujetó la mano de Brenda.

- ¿Quizás es muy pronto o quizás no lo es? El tiempo es muy relativo ¿No crees? Pasamos mucho tiempo con alguién a quién juramos conocer y de repente, ya nada es lo que parece. Te apuñalan de una forma dolorosa pero con el pasar del tiempo te das cuenta que la apuñalada ya no duele, sino quién la causó.

- ¿A qué te refieres?

Preguntó Brenda.

- A que yo también amé, y me traicionaron, pero en medio de ese dolor y rencor, nació una hermosa niña por quién daría mi vida.

- Eso es hermoso.

Ella susurró.

- Dame una oportunidad, Brenda. Prometo no hacerte lo mismo que el patán de tu ex-novio y sabés ¿Por qué? - ella negó con la cabeza- Porqué también pasé por lo mismo, y no estoy dispuesto a causar tanto dolor a una persona.

El corazón estaba galopante en el pecho de Matt, todos sus miedos, sus esperanzas estaban en manos de la respuesta de la bella joven que tenía en frente.

Ella cerró los ojos, y cuando los abrió vió se encontró con la dulce mirada de Matt, entonces sonrió.

- Más te vale, porqué si esto llegará a terminar ¿A qué bar, iría?

Él solto una carcajada e hizó lo que tanto anhelaba hacer, besar a Brenda.