Cap. 28 No podré cumplir mi promesa

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Desperté con dolor en el corazón. No físico. Ni si quiera fuerte. Sólo intenso, dentro de mí. Como si algo se hubiese roto.

Y, otra vez, no recordaba nada.

El rubio estaba a mi lado y, lo primero que vi al abrir los ojos, fueron los suyos. Plata sobre plata, derritiéndose, fundiéndose en lo más profundo de su alma.

Pidiendo perdón.

No lo sabía, pero podría haberme perdido eternamente en ese inmenso mar que le atormentaba. Podría haber muerto ahogada allí, y habría sido la muerte más dulce de todas. La mejor.

—Antes de irme -para no volver- me gustaría darte algo. Sé que no me entiendes, y que quizás nunca vuelvas a ser la misma, pero te amo. Y siempre te amaré. Pase lo que pase, por mi vida tampoco volverá a haber otra persona a la que ame tanto como a ti. Te lo juro. Y para que ves que voy en serio... —Draco se llevó una mano al bolsillo del pantalón y extrajo una cajita más pequeña que su palma, la extendió frente a mí. Yo la cogí temblorosa y desconfiada, pero fue mirar sus ojos y saber que le daría mi vida sin pedir nada a cambio—. Iba a ser tu regalo de Navidad, pero se nos complicaron las cosas y ahora es un regalo de despedida.

La caja contenía el anillo más hermoso que había visto en mi vida. Era de obsidiana. Una roca negra o verde aceituna según l luz, extraña en el mundo mágico, con mucho, mucho poder y con un significado muy valioso que en aquel momento no supe. El anillo, era extremadamente fino y tenía grabada la forma de una serpiente enroscada sobre sí misma, con una esmeralda de color verde intenso entre los colmillos de la boca.
Quedé absolutamente embelesada ante tanta belleza y perfección. El hechizo se rompió cuando Draco cogió de mi mano el anillo y me lo puso en el dedo anular de la mano derecha.
Al llegar al nudillo del dedo, la serpiente comenzó a enrollarse alrededor, ajustándose perfectamente y, sin verlo venir, una fuerza tiró de mí en dirección a mi armario. Mi mano, sin que yo lo quisiera, abrió la puerta y sacó mi bolso.
Miré a Draco con espanto, porque mi mano se hundía y se hundía en el bolso hechizado, en busca de algo que no podía encontrar. Draco parecía más confundido que yo, a la espera de qué era lo que estaba haciendo.

Entonces, lo encontró.
La media naranja.
El Yin del Yang.

Mi regalo de Navidad para Draco. Aquel que compré en Hogsmeade hacía una eternidad. Yo no podía recordar qué le había comprado, pero mi mano, guiada por el anillo, agarró una caja y se la extendió a Draco quien, terriblemente confundido, la cogió.
Para sorpresa de ambos, era otro anillo, exactamente igual, pero con un león grabado, y una amatista de color café, absolutamente preciosa.
Draco se lo puso inmediatamente, exactamente en el sitio en el que me había puesto el mío y, puedo jurar, que vi cómo derramaba una lágrima.
—Sé que ahora mismo no sabes lo que sucede, pero pronto lo descubrirás y, hagas lo que hagas, yo te seguiré amando.

Me dio un beso con sabor a despedida que me desgarró el corazón. Decidí entonces, y no me arrepiento, que si se iba, se llevara todo, así que me quité el anillo y lo deposité en su mano, cerrándola con el anillo dentro. Draco apoyó su frente contra la mía y asintió.

—Me parece justo...

Me tumbé en la cama, exhausta pese a haber dormido y cerré los ojos mientras esperaba a que Draco se fuera de mi vida.
En ese momento la puerta de mi habitación se abrió de golpe haciendo un gran estruendo al chocar contra la pared.

—¡DÓNDE ESTÁS MALDITO HIJO DE PUTA!—Entró gritando un moreno con gafas de culo de botella —¡TE VOY A MATAR!

—¡Harry por Dios! ¡Cálmate!
—¡Que me calme! ¡QUE ME CALME!—el moreno localizó a Draco e ignorando a la pelirroja que tenía detrás entró como un huracán con un único objetivo—. ERES UN MALDITO HIPÓCRITA. ¡UN... UN... UN TRAIDOR! ¡AAAGGGG!

Un pelirrojo entró después, detrás de él, entro un chico moreno muy atractivo de ojos marrones con una chica, morena de pelo largo y ojos verdes muy claros.

—Ron sujétame porque voy a matarle.

El pelirrojo dejó de fijarse en mí para situarse entre Harry y Draco, quienes se estaban fulminando con las miradas.

—Harry, no sabemos qué ha pasado -dijo Ginny con tino conciliador.

—"Confiad en mí" dijiste. "A mi lado estará a salvo". "Nadie podrá tocarla, pero tendréis que alejaros para que no haya sospechas". "Yo la protegeré con mi vida" —se notaba como el odio y el rencor corrompían las palabras del moreno, ante la mirada de todos, sin que ninguno se atreviera a decir nada en su contra —. Ojalá te pudras en Azcabán el resto de tu vida. Y ojalá sea yo quién te meta dentro.

Draco ardía de ira e importancia delante de todos. Al parecer, y estaban enterados de lo que me había ocurrido porque Zabini ya les había informado.

—No tengo nada que decir, Potter. He hecho lo que creía que era lo mejor para todos, pero se ve que no fui capaz. He amado a Hermione, y no me arrepiento de absolutamente nada —dijo después de acercarse amenazadoramente, y después se dirigió a Zabini—. Nos están esperando, vámonos.

Zabini se puso delante de Ver y dijo con voz firme:
—No, no voy a seguir con esto.

Draco ardía hasta las raíces del pelo mientras miraba a su amigo con una mezcla de traición y odio.

—Bien.

Sin más, se dio la vuelta y andó hacia la puerta en grandes zancadas, que seguía abierta.

La abrió con ganas y, antes de atravesarla se giró para mirarme por encima del hombro.

"Lo siento Granger, no podré cumplir la promesa de que algún día nos casaremos".

Ahora sé que le perdí en ese momento.

Holaaa llegamos al punto en el que o bien queda un capítulo y se acaba
O puedo liarla con más capítulos
Qué os parece??

Hermione, algún día nos casaremos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora